nnLas aguas contaminadas por cianobacterias (algas tóxicas) en el embalse de As Conchas ya han llegado a la cola de la presa de Lindoso, en la frontera con Portugal. Los aportes de agua limpia de otros afluentes del Limia, como el Salas, Olelas o Caldo, no han sido suficientes para diluir las toxinas hepáticas que pueden crear graves enfermedades para la salud, como apunta el director del departamento de Genética de Universidad Complutense, Eduardo Costas.
Los ecologistas recuerdan que sólo era cuestión de tiempo que el problema declarado en A Baixa Limia se internacionalizase, pudiendo incluso llegar a comprometer la salud de las 57.000 personas que habitan los municipios lusos de Ponte da Barca y Ponte da Lima, cuyo abastecimiento de agua potable procede del embalse de Lindoso. 'É de sentido común que esto acabase ocurrindo porque Fenosa segue a turbinar nas Conchas, deixando pasar río abaixo as cianobacterias, tanto vivas como mortas, polo que se debe reaccionar canto antes e non seguir de brazos cruzados', apunta Serafín González, presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural.
Los mandatarios locales de los municipios lusos siguen con especial atención la evolución de los acontecimientos al otro lado de la frontera y llevan a cabo análiticas periódicas para determinar la calidad de las aguas en Lindoso. Hasta ahora, todos los resultados sobre toxicidad han dado resultados negativos, pero las autoridades reconocen que no han tomado medidas preventivas al no haber sido informadas sobre el problema.
Los mandatarios locales de los municipios lusos siguen con especial atención la evolución de los acontecimientos al otro lado de la frontera y llevan a cabo análiticas periódicas para determinar la calidad de las aguas en Lindoso. Hasta ahora, todos los resultados sobre toxicidad han dado resultados negativos, pero las autoridades reconocen que no han tomado medidas preventivas al no haber sido informadas sobre el problema.
