La institución anula el arrendamiento de cocheras y naves para ahorrar 56.000 euros al año

La contención obliga a suprimir los alquileres en la Diputación

Parte de la nave de Quintela donde aún se guardan vehículos y maquinaria de las brigadas provinciales. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La Diputación ha puesto el punto de mira en los alquileres para continuar con sus medidas económicas de contención del gasto. Este mes de enero suprimió el contrato de alquiler con el aparcamiento de la Alameda, donde se estacionaban los vehículos de diferentes brigadas de la institución. La solución ha sido trasladar estos vehículos al patio del Pazo provincial, donde hasta ahora aparcaban los funcionarios de la institución. Esta decisión supondrá un ahorro de unos 20.000 euros anuales.
En el próximo mes de febrero, se materializará también la anulación del contrato de arrendamiento de una nave en Quintela, dedicada principalmente al almacenamiento de maquinaria, cuyo coste anual para la Diputación ascendía a 36.000 euros. Estas supresiones de alquileres suman en su conjunto un ahorro cercano a los 56.000 euros anuales, aunque son sólo las primeras medidas de una serie de recortes en asuntos prescindibles, con el objetivo de mantener así las inversiones en servicios a los pequeños concellos de la provincia.

El siguiente paso será emprender una renegociación a la baja con los propietarios de las dependencias arrendadas para adaptarlas a los precios actuales del mercado inmobiliario. Buen ejemplo de este desfase es el precio del alquiler de las instalaciones de la Escola de Danza en As Lagoas, con un coste que supera varias veces al que se paga por el metro cuadrado en la zona, según ha denunciado en repetidas ocasiones el portavoz socialista en la Diputación, Ignacio Gómez.

Además, de la reducción y renegociación de alquileres, en este primer trimestre del año se llevarán a cabo unas auditorías externas para conocer qué gastos son estrictamente necesarios y cuales no, así como para mejorar la gestión de los servicios. En este sentido, el Teatro Principal, con un gasto superior al millón de euros y un retorno económico de 18.000, será el primer servicio en verse sometido a la lupa de la austeridad.

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