El covid persistente afecta ya a más de dos mil ourensanos

Isabel Quintana, Pablo Enríquez, Carlos Hermida y María Beatriz González, cuatro ourensanos con “long covid”. JOSÉ PAZ
photo_camera Isabel Quintana, Pablo Enríquez, Carlos Hermida y María Beatriz González, cuatro ourensanos con “long covid”. JOSÉ PAZ
La mayoría de los pacientes se contagió en la primera ola y sufren cansancio, tos y dolor muscular

Meses después del inicio de la pandemia, los médicos ourensanos comenzaron a detectar que ciertos pacientes, aún habiendo superado el covid hacía semanas, seguían presentando síntomas asociados a la infección. El aumento de este tipo de consultas, tanto a nivel provincial como en el resto de Galicia, provocó que en marzo de 2021 la Xunta anunciase la puesta en marcha de unidades especializadas en covid persistente en las siete áreas sanitarias.

El servicio ourensano ya ha atendido a más de 2.000 pacientes que arrastran secuelas de la enfermedad, según las estimaciones de la facultativa Loli Díaz, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del CHUO e integrante del equipo “long covid”. “Muchas personas mejoraron, pero otras no. Actualmente tendremos en torno a 300 enfermos a las que realizamos seguimiento”, detalla. 

A la unidad llegan dos tipos de pacientes: los que sufrieron una infección aguda y presentan secuelas del ingreso, y aquellos que superaron la enfermedad sin síntomas graves, pero luego aparecieron, al negativizar. “Son estos los que más se agrupan dentro de los enfermos de covid persistente”, explica. 

La mayoría de los afectados llega a la unidad “long covid” -con profesionales de Medicina Interna, Enfermedades Infecciosas o Neumología, entre otros-  derivados por sus médicos de familia. El perfil más común es el de una mujer de entre 35 y 40 años, contagiada en la primera ola. “Lo primero que hacemos es descartar que los síntomas no provienen de otra patología. Una vez que se confirma el covid persistente, decidimos cuál es el mejor tratamiento”, comenta Díaz. Pero los profesionales y los pacientes se enfrentan a la incertidumbre provocada por la falta de investigaciones: “No sabemos por qué desarrollan la enfermedad”.

Los síntomas descritos son más de un centenar, aunque los más habituales son el cansancio, la fatiga, la dificultad respiratoria, el dolor de cabeza, persistencia de tos y dolores musculares y articulares. Además, el malestar psíquico es común: “Son personas que perdieron su vida de antes”.

Tratamiento con cámara hiperbárica: “Hay mejoría en muchos pacientes”

A falta de una medicación específica contra el covid persistente, los sanitarios del CHUO dan recomendaciones a los enfermos sobre cómo gestionar fuerzas y les ofrecen ayuda psicológica o tratamiento para el dolor. El Hospital Cosaga, en colaboración con Oxivida, lleva a cabo una investigación pionera sobre los beneficios de la cámara hiperbárica en estos pacientes. “Por ahora hemos hecho dos estudios. Se compaginan sesiones en la cámara y ejercicios de rehabilitación”, explica José Ramón Neira, que maneja la máquina. En el proyecto colaboran los sanitarios Daniel Apolinar, Ángel López, María Bustillo, Hugo Gómez y Román Rodríguez. El tratamiento utiliza oxígeno puro al 100%, que aumenta en más de 20 veces el oxígeno en sangre: “Hasta ahora vimos ya a varios pacientes que han mejorado mucho”. Los beneficios se aprecian a nivel neurológico y en la reducción de la sensación de fatiga.

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