Los concejales suspendidos -algunos de los cuales aseguraron ayer que se enteraron de esta situación por los medios de comunicación, aunque la secretaria de Organización del PSdeG, Pilar Cancela, se lo comunicó después por correo electrónico- continúan por el momento con competencias en el gobierno municipal, excepto Rodríguez Penín, al que el alcalde se las retiró el 16 de diciembre, tres días después de que los cinco abandonasen el pleno municipal en el punto del orden del día que iba a votar contra la compatibilidad de un funcionario. Además, la suspensión no les exime de estar sometidos a la disciplina del partido.
El alcalde, Agustín, evitó pronunciarse ayer sobre esta decisión que apuró la ejecutiva gallega y sus consecuencias en la gobernabilidad de la ciudad, aunque desde su entorno se considera que las medidas adoptadas por los órganos de dirección del partido son un respaldo a su actuación en el conflicto. Eso sí, la orden en el entorno del alcalde es la del silencio absoluto, siguiendo las directrices de Santiago.
De todos modos, cargos afines al regidor señalan que la pauta a seguir a partir de ahora desde el núcleo duro del gobierno municipal es aguardar unos días a ver el comportamiento de los ediles suspendidos, sobre todo su acuden a las próximas reuniones de grupo -están convocados los cinco-. De no ser así, el regidor podría plantearse retirar a los otros cuatro las competencias que tienen adjudicadas, lo que dejaría sin dedicación exclusiva a las dos edilas que la perciben: Susana Bayo y María Devesa. Tendrían que asumirlas los cinco concejales afines, incluso el propio alcalde.
El regidor ya anunció el miércoles que podría haber cambios en la composición del gobierno local, aunque parecía referirse a la remodelación de los miembros de la junta de gobierno, para relevar a Bayo y Devesa, que presentaron su renuncia por escrito. Mónica Vázquez, que también forma parte de la junta de gobierno, asistió a las últimas reuniones, aunque no a las del grupo municipal
