Edgar Martín-Blas es uno de los mayores expertos en realidad virtual de España. Montó Virtual Voyagers, pionera en este mercado, en 2015, cuando nació el concepto. Ha trabajado para más de 80 marcas, entre las que se encuentra Disney, Ikea o Ferrari. Ve en la realidad virtual una oportunidad para territorios como Ourense y hoy protagoniza una de las charlas del congreso Utopía Noroeste, en el pazo de Villamarín, desde las 16,30 horas. Es un evento híbrido, se puede seguir por Internet.
¿La sociedad ya es consciente de que la realidad virtual lleva tiempo entre nosotros?
Sí. Le llamamos el mercado inmersivo porque hay varias tecnologías: la realidad virtual te teletransporta a otro lugar. Puedes viajar, jugar, reunirte... La segunda parte es realidad aumentada, con tu móvil. La tercera pata es la mix reallity, gafas que te muestran hologramas.
¿Con la pandemia surgen más oportunidades tecnológicas?
Todas estas tecnologías han encontrado una aceleración brutal en ocho meses que en otro tiempo se tardaba dos años en avanzar. El covid le ha metido un acelerón.
¿Cómo imagina el 2021?
El mundo que viene es una inmediatez absoluta y solo necesitas un móvil y gafas de realidad virtual.
¿Se imagina a los abuelos con estas gafas? ¿Cuánto tardará en normalizarse?
El público más adulto es el que mejor entiende estas tecnologías porque son muy naturales. Nuestros mayores no quieren salir de ahí cuando prueban esto. Y hay una cosa curiosa. Con la pantalla cerca del ojo, la falta de visión se corrige.
¿Pueden ayudar estas tecnologías a la España vaciada?
Sí. Gracias a las tecnologías puedes estar en un pueblecito y conectado con empresas enormes. Mucha gente está mudando su residencia a aldeas para vivir muy bien porque ya tienen capacidad con internet de no necesitar absolutamente nada más. Va a traer revitalizacion de pueblos, en el momento que tenga fibra un pueblo, va a tener gente.
El reto es dotarlos de fibra.
Es tiempo. Tesla ha lanzado satélites con 5G y no va a necesitarse ni fibra en los pueblos. Es cosa de dos o tres años, que habrá una infraestructura para que puedas estar en el pueblo mas perdido del mundo y no echar en falta nada. no hay vuelta atrás después del covid.
