En una vivienda social de la Xunta, Julio y su familia ven desde hace tres años cómo una plaga de cucarachas condiciona su vida
Vivir en la rúa Perigo, en el casco antiguo, no suele significar nada que tenga que ver con el nombre. No suele. Julio César Fernández podría dar fe de ello. Reside en una vivienda social de la Xunta de Galicia con su mujer y sus cuatro hijos, y desde hace tres años está pasando un auténtico calvario: una plaga de cucarachas invade su hogar.
En uno de los solares adyacentes al edificio, dos fincas abandonadas son pasto para todo tipo de animales. Además de gatos callejeros, alimentados por algunos transeúntes que se acercan a darles de comer, Julio y su familia también han visto ratas y, sobre todo, muchas cucarachas.
Este padre de familia abre la puerta de su domicilio agitando tres folios en la mano. Son las instancias presentadas al Concello este verano los días 29 de julio, y el 4 y 5 de agosto: "Ya llevo mucho tiempo así, una vez vino una empresa de A Coruña que contrata el Ayuntamiento para fumigar la zona, e hizo un informe detallando el estado de la calle, pero no han tomado ninguna medida".
Mantiene que desde que comenzó el verano, acude casi cada día a la administración municipal. Incluso se personó en las dependencias de la Concellería de Urbanismo y en las de Limpeza. Pero pasan los días y el hecho fehaciente es que el problema no se ha resuelto. "El Concello me dice que la propiedad es privada y no pueden hacer nada, pero por lo menos que me digan de quién es la propiedad de donde vienen las cucarachas, porque yo ya no sé qué hacer". Según el Concello, el propietario del solar ya ha sido localizado después de dos intervenciones de Limpeza, pero tiene que expirar el plazo de alegaciones para que la administración "pueda actuar de oficio". A pesar del conflicto de competencias entre Urbanismo y Limpeza, admiten de lleno el problema y la incomodidad que puede causar.
El insecto es muy común en esta época del año, y Julio ya sospecha de que está anidando en las estructuras de la casa: "Estas paredes son de pladur y pueden entrar por cualquier lado, incluso creo que están entre las planchadas".
Con su móvil en la mano, enseña las fotos que tomó un día por la noche. En las imágenes se ven decenas de cucarachas en la calle, a las puertas de su casa. "Por las mañanas viene el servicio de limpieza y las barre, pero así no solucionamos el problema", sostiene.
Julio, acompañado de su mujer, empieza a sacar recibos de la empresa de fumigación que contrataron para que exterminara a las cucarachas dentro de la casa. Su mujer explica que "cada vez que vienen son 150 euros, y a nosotros no nos sobra".
