Cudeiro se tiñe de negro carbón

Eiroás/Cudeiro. 5-09-2015. El día después del incendio de Cudeiro.Vecino de Cudeiro afectado por el incendio.  Paz
photo_camera Imagen de la vaguada asolada por el fuego en Cudeiro y Vilar de Astrés, el viernes.

Los vecinos de Cudeiro, Vilar de Astrés y Eiroás cuentan cómo el fuego se acercó a sus casas, introduciéndose incluso en sus fincas provocando daños en las plantaciones y amenazando las estructuras.

La ciudad volvió a cubrirse de un manto gris, concretamente de un tono gris ceniza. El motivo: un incendio que provocó una cortina de humo negro visible desde cualquier rincón de Ourense y alrededores. Una semana después de que cuatro focos arrasasen con 35 hectáreas forestales en Cudeiro, la misma parroquia amanecía ayer de un color negro, negro carbón.

"Arrasaron con todo. Nunha semana queimáronnos a parroquia enteira", explicaba Silvino Enríquez, propietario de la casa más afectada por el fuego. "Aquí tiñamos herba, tres tactores de leña e as caixas para facer a vendima", añadía, señalando una esquina de su parcela. Ni el cercado de la finca impidió que las llamas accediesen a su interior. "Empezou a subir todo por aquí e xa non houbo forma de paralo. Puxémonos a mollar coas mangueiras, pero o lume foi máis forte". Enríquez cuantifica los daños en alrededor de 12.000 euros, contando con las más de 200 cepas que el fuego redujo a cenizas.

Cuando uno ve las llamas a las puertas de su casa pone todos los medios para evitar cualquier tipo de daño, pero no es suficiente. En la finca colindante a la de Silvino se acumula chatarra, que ayer, después de haber sido sofocado el fuego, todavía seguía consumiéndose. "Non pasa nada ata que ven unha desgracia destas", apuntaba.

Fueron muchos los testigos que entre nervios y pasos incontrolados escucharon explosiones, achacadas en un principio al gas metano del antiguo vertedero de Vilar de Astrés. Nada más lejos de la realidad. Tanto Silvino Enríquez y su familia como las brigadas que actuaron desde dentro de la finca vieron como los estallidos se producían a causa de unos bidones que el fuego alcanzó en el cúmulo de chatarra. "Tivemos que retirarnos correndo porque comezaron a voar materiais", explicaba. Así, una bañera recorrió alrededor de 20 metros para aterrizar en la viña del afectado. Los árboles frutales de la familia también fueron quemados.

Pero estos vecinos no fueron los únicos que sufrieron las consecuencias. Las llamas calcinaron la antigua fábrica de jabón, rodearon el albergue canino municipal, "aunque afortunadamente ningún perro sufrió daños más allá del susto", explicaba la trabajadora Uxía Cid; dejaron a un lado el campo de tiro y subieron hacia el depósito de agua, amenazando las viviendas de la zona, ya al otro lado de la carretera, una situación favorecida por el cambio de dirección del viento.

El fuego, que arrasó con 23 hectáreas de monte raso y que fue dado por extinguido a las 18,50 horas de ayer, volvió a desatar la preocupación del alcalde, Jesús Vázquez, que se desplazó hasta Cudeiro. "Esta lacra está levándose por diante o que é de todos e pon en risco a vida das persoas", explicó. "Para parar isto hai que impor máis mecanismos de prevención, comezando polo ámbito xurídico, con penas maiores para os responsables". La conselleira de Medio Ambiente, Rosa Quintana, apuntó que "cando o lume se achega ás casas, as tarefas de extinción complícanse". Añadió que "estamos plenamente operativos e dispostos a saír para loitar contra os lumes".

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