Aseguró ante el juez que cuidó a la fallecida e hizo por ella más que si fuera su propia madre

La cuidadora de la anciana de San Cibrao dice ser inocente

Dolores Fernández, entrando en el juzgado. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La cuidadora de la anciana de 83 años que falleció hace tres semanas en San Cibrao después de que un gato le comiera parte de la nariz y los labios aseguró ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción 2 de Ourense que cuidó a la octogenaria 'como si fuera su propia madre'.
La Fiscalía la denunció por supuesta apropiación indebida y malos tratos, pero Dolores Fernández negó ayer ante el juez los hechos que se le imputan y, según explicó su abogado, Ángel García, hizo todo lo que pudo por la fallecida. 'En este caso, hay un mal entendido. Dolores hizo muchas cosas por la fallecida, más que su propia familia, cuando sólo fue contratada dos horas para hacer la limpieza en la casa', aseguró el letrado.

La cuidadora llegó pasadas las 12.00 horas, acompañada de un familiar y su abogado, al juzgado de instrucción ourensano, donde la esperaba el juez y una fiscal. Aparentemente serena, esperó más de media hora sentada en una silla a que la llamara el magistrado, sin intercambiar ni una sola palabra con las personas que la acompañaban. Su declaración se prolongó 35 minutos , tras los que abandonó el Pazo de Xustiza declinando hacer declaraciones. 'Está muy afectada, porque después de todo lo que hizo por la fallecida, no se esperaba esto', explicó Ángel García.

Eso sí, Dolores Fernández autorizó a su letrado para que diera a conocer su declaración ante el juez. Así, Ángel García relató que su clienta había sido contratada hace siete años para hacer la limpieza en la casa de la octogenaria fallecida, Hermitas Quintairos Álvarez. 'El contrato era de dos horas, pero después ante el deterioro físico de la fallecida (sufría alzheimer) se quedó más tiempo, la levantaba de cama y le hacía la comida', apuntó el abogado, recalcando que Dolores también tenía otra familia, 'la suya y no podía quedarse con la anciana todo el tiempo'.

La fallecida tenía una hija residiendo en San Cibrao. Dolores, según relató su abogado, la tenía al corriente del estado de su madre, 'pero no quería saber nada de ella', aseguró. A mediados del pasado mes de noviembre, cuando la cuidadora entró en la casa de la Hermitas se encontró con que un gato le estaba comiendo la nariz. La mujer estaba llena de sangre y 'lo primero que hizo fue avisar a su hija y llamar una ambulancia. Su hija no apareció y Dolores se fue con ella hasta un hospital en Santiago', recalcó Ángel García.


AYUDA SOCIAL

A la octogenaria le realizaron un implante de nariz y parte del labio y en la pasada Navidad regresó a San Cibrao, donde ingresó en un geriátrico y falleciendo. 'La asistente social conocía desde hace tiempo la situación en que se encontraba la anciana. De hecho, la puso en conocimiento de la Fiscalía para que tomara medidas, pero la ayuda llegó tarde', explicó el letrado. El Ministerio Público rechazó hacer ningún tipo de valoración sobre la declaración de la cuidadora en el juzgado.

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