El custodio de la memoria ciudadana

Cuando en el siglo XVII el padre de Pocahontas, el jefe indio Powhatan, manejaba con autoridad su manto de ceremonias en el estado americano de Virginia, poco podía imaginar que esa pieza iba a formar parte del primer museo público del mundo, tal y como se entiende en la actualidad: el Ashmolean, en Oxford, fundado en 1683 con el gabinete de curiosidades del reputado anticuario y político inglés Elias Ashmole. La importancia de este acontecimiento radica en que, tal y como destaca la escritora Irene Vallejo en su libro “El infinito en un junco”: “Ya no sería una colección privada, un lujo familiar, sino que pertenecería a los estudiantes y a todas las personas curiosas que quisieran visitarlo”. 110 años después, en 1793, la Asamblea Nacional francesa confiscaría el palacio del Louvre para que las colecciones privadas de las clases privilegiadas pasaran a ser de propiedad pública. Las sociedades y sus dirigentes comprendieron, hace ya cinco siglos, que para avanzar era importante que la ciudadanía pudiese tener libre acceso a estos espacios y al conocimiento que conllevan. El Fondo El Museo Municipal de Ourense, más allá de su cometido como sala de exposiciones, lleva años trabajando en esa dirección. Con el fin último de que cualquier ourensano que lo requiera pueda acceder libremente a la información de los 1.339 proyectos artísticos que forman sus fondos, ha creado un inventario completo de fichas que recogen datos de la obra como su título, la materia, el autor, la fecha, la técnica, su estado de conservación o el tema que aborda. Para que el público interesado pueda acceder a este servicio digitalizado ya sólo se necesita un programa informático adecuado, poca cosa en la era de la inteligencia artificial. Los trabajadores del Museo Municipal, con su directora Eva Torres al frente, llevan a cabo la labor de custodia, restauración, catalogación y digitalización de las piezas, depositadas en el almacén, un espacio que debe cumplir, entre otras, unas condiciones de temperatura y humedad adecuadas para la conservación de las obras y que hace tiempo se quedó pequeño. Cada obra, embalada de manera individual, requiere ser desembalada cada mes aproximadamente, para revisar su estado y proceder a su restauración cuando así sea aconsejable, ya que los materiales con los que los creadores trabajan "están vivos", como señala Eva Torres, que incide en que "éste es el Museo de todos los ourensanos”. Hay pinturas, esculturas, fotografía, instalaciones y una serie de minigrabados que aún no han podido ser enmarcados. Las exposiciones, la cara más visible para el público, sólo son una parte de toda la labor museística que se lleva a cabo. Estos fondos, acumulados a lo largo de 34 años, han sido adquiridos a través de diversas fórmulas: donaciones de los artistas, comprados a través de diversos acuerdos vigentes hace décadas y a través de convenios por los que el Concello adquiría la obra pero destinaba el importe que estipulaba el artista directamante a entidades solidarias . Estas obras que custodia el Museo no son únicamente proyectos artísticos, son además la memoria de la ciudad y de quienes la vivieron, son reflejo de hechos históricos que marcaron una época, son espejo de la cultura popular propia y también de las vanguardias que aquí encontraron su espacio. Son los artistas que dejaron huella. Son Ourense y son el mundo. Sólo hay que mirar para descubrirlo. Este año, el Día Internacional de los Museos reivindica su futuro bajo el lema "Recuperar y reimaginar”. Poco que ver con la apuesta del actual alcalde de Ourense: cerrar. Una salida sin duda más sencilla que elaborar un proyecto museístico de futuro, serio y rentable, para la ciudad. Las bases están y el beneficio también, aunque a más de uno no le salgan las cuentas. Para eso hay que conocer y gestionar. Año 1977: el punto de partida de la idea En 1977, la corporación municipal de una democracia recién estrenada aprobaba las bases para crear el Museo Municipal que, diez años después, un 9 de mayo, abría sus puertas con una muestra del ourensano Julio Prieto Nespereira. Inaugurado por el entonces alcalde, Antonio Caride, y el presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, costó unos 420.000 euros, sin contar el precio del edificio. En 2001, el Concello daba por hecho la compra del edificio anexo (en ruinas en la actualidad) por unos 150.000 euros para ampliar el espacio de almacenaje. Problemas entre los herederos frustraron el proyecto, que se intentó retomar en el 2009, sin éxito. Un fondo que supera el millón de euros El número uno del inventario de obras del Museo es un cuadro de Coello de 1960 titulado "Cabeza de Manzaneda". El último, el 1.339, lleva la firma de Xosé Poldrás y se ha incorporado este mismo mes. Entre las obras más antiguas está un dibujo sobre tela de Jesús Soria que puede datar de 1929. El número de registro marca el orden de llegada, no la antigüedad de la obra. El inventario de bienes del Concello, aún sin actualizar, otorga a la colección guardada únicamente en el almacén del Museo, sin tener en cuenta las obras ubicadas en despachos y otras dependencias municipales, un valor estimado, que no real (ése es superior) de 1.300.000 euros. Las funciones, marcadas por la ley La Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia define a los museos como "instituciones de carácter permanente, abiertas al público y sin finalidad de lucro, orientadas a la promoción y al desarrollo cultural de la comunidad en general, por medio de la recogida, adquisición, inventario, catalogación, conservación, investigación, difusión y exhibición, de forma científica, estética y didáctica, de conjuntos y colecciones de bienes patrimoniales de carácter cultural". El Museo tiene por tanto, por ley, reguladas unas funciones y unos requisitos que no obligan a las salas de exposiciones. En Galicia existen 17 museos municipales y en España, 418. Una biblioteca de arte con más de 2.000 ejemplares a la espera de tener espacio La Fundación Salamanca, el Museo Arqueolóxico de Pontevedra o el Centro Cultural de Caja Burgos son sólo algunas de las instituiones culturales que albergan en sus fondos biblográficos los catálogos de las exposiciones que han tenido lugar en el Museo Municipal en los últimos años. Como contraprestación, el espacio ourensano también recibe manuales, libros y catálogos de estas instituciones, con el objetivo de poder ofrecer en un futuro a los ourensanos esta extensa bibliografía, tanto de artistas consolidados como de los emergentes, para su consulta. Este proyecto del Museo, puesto en marcha hace unos 15 años, ya cuenta con 2.202 ejemplares, todos perfectamente clasificados, y busca, además de ofrecer una prestación más a la ciudad, dar a conocer fuera de las fronteras propias el nivel artístico ourensano. Para que se haga una realidad son dos los requisitos necesarios: más espacio, tanto para el almacén de fondos como para la biblioteca, y más personal. El coste de esta iniciativa para las arcas municipales es de cero euros, ya que se trata de un programa de intercambio, en el que todas las partes implicadas sí obtienen un beneficio: el conocimiento. Actividades escolares Otra de las actividades que el Museo lleva años programando es la de carácter didáctico dirigida a escolares, en colaboración con los centros educativos de la ciudad. Visitas guiadas de las muestras y talleres participativos para fomentar y explicar el proceso creativo, adecuados a las edades de los participantes, son el eje central. Según afirmaba la directora de espacios expositivos del Concello, Eva Torres, "después muchos de esos niños volvían de visita con padres y abuelos para enseñarles lo que habían visto". Se trata de crear público. Aunque en estos momentos, la pandemia y la desgana del gobierno municipal han echado, por ahora, el cierre a esta propuesta.