Dando la vuelta a los complejos

En 2018 el pole dance se constituía como deporte oficial y actualmente la Federación Española está tratando de convertirlo en olímpico. Sin embargo, es mucha la gente que todavía relaciona este ejercicio con los clubs nocturnos y los bailes eróticos. Dos mundos que poco tienen que ver en su ejecución. En el ámbito deportivo se trata de un ejercicio abdominal y de los brazos y piernas, mientras que el baile de barra de los clubs se acerca más a la danza. Su origen también dista de esta práctica nacida en Inglaterra en los años 80, pues el deporte procede de Asia, concretamente de una antigua lucha india llamada Mallakham. Su práctica se generalizó a través de otras culturas asiáticas en el siglo XVIII, pero muchos la siguen relacionando con su lado más nocturno por influencia del cine americano. En los últimos cinco años, la actividad ha vivido una expansión. En las ciudades gallegas nacieron varias escuelas especializadas o algunos gimnasios adaptaron sus horarios y sus aulas para incluir las barras en ellas. Junto a esta categoría acrobática, también destacan otras novedosas como el chair fitness o las acrobacias aéreas. Pury Fuentefría imparte las únicas clases existentes en Ourense de pole dance en su centro ‘Global Fitness’, y afirma que “tiene todo tipo de beneficios para el cuerpo, trabajas la elasticidad, la fuerza, la resistencia y la coordinación. Es un deporte completo porque está en movimiento todo el cuerpo, y tiene una parte artística que desarrolla la creatividad”. La monitora, que lleva 27 años practicando las diferentes modalidades del fitness, señala el pole dance como su favorita porque “es la más completa. Además empodera mucho a las mujeres. Puede practicarlo gente de todas las edades y hay competiciones para las que no existe una edad límite. Al principio parece imposible, pero termina siendo un reto en el día a día y se pueden ver los avances”. Al final te vuelves fuerte, y se incrementa la coordinación y la flexibilidad" Las alumnas que asisten a Global Fitness reafirman las palabras de su profesora: "es un cambio muy rápido. El primer día casi no era capaz ni de subir a la barra, y ahora, tras dos meses me siento segura en varias posiciones, hasta puedo colgarme y hacer la v". En Ourense, los grupos están formados exclusivamente por mujeres. Fuentefría indica que esto ocurre por “desconocimiento y prejuicios. Muchos chicos no se apuntan por miedo a lo que piensen de ellos, pero yo desde aquí les animo a que se atrevan a venir”. Entre las mejorías físicas, las alumnas destacan la rapidez de tonificación y el incremento de la fuerza: "El deporte mantiene todo tu cuerpo en forma, me enganché desde el principio. Te ayuda a estar conforme con el, ves como va cambiando y mejorando cada día. Y al final te vuelves fuerte, y se incrementa la coordinación y la flexibilidad". Otras pole dancers afirman que también han experimentado cambios respecto a su percepción del cuerpo "con el paso de los años pierdes forma, el pole sirve para tonificar las partes más desmejoradas. Además, es divertido y te permite descubrir tu cuerpo, te reconcilias con tus complejos y nadie mira mal a nadie. Yo no era capaz de ponerme en pantalón corto, pero aquí somos todas iguales, y nadie juzga a nadie". Para prevenir el contagio de covid-19 en las aulas, se están llevando a cabo una serie de medidas preventivas como el uso obligatorio de mascarillas, que la Xunta estableció como obligatorio incluso durante la práctica de la actividad deportiva, o la desinfección constante de las barras que ya están instaladas a dos metros respectivamente unas de otras. Además, las clases están limitadas a ocho alumnos, que tienen asignados sitios estables.