Casas sin gente y gente sin casa es la dramática realidad sobre la que ayer llamó la atención la plataforma Stop Desahucios en una manifestación que recorrió las calles de la ciudad -y de más de medio centenar de localidades españolas- para mostrar su apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular registrada en el Congreso y que contó con más de un millón de firmas, de las que 2.325 fueron recogidas por la plataforma en Ourense.
En esta iniciativa, que también estaba apoyada por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), se propone la dación en pago retroactiva, el alquiler social y la parada automática de los deshaucios. Según la Policía, la reivindicación fue apoyada en Ourense por unas 400 personas, que siguieron una marcha que arrancó de la Alameda a las seis de la tarde.
De hecho, la provincia no escapa a la sangría de familias que se ven afectadas por los desahucios. A falta de computar el último trimestre del año pasado, los juzgados ourensanos ejecutaron 248 lanzamientos -el procedimiento por el que se realiza el desahucio de un bien alquilado o hipotecado-, de los que 194 se contabilizaron en el partido judicial de Ourense. De esta forma, la realidad ourensana roza -aunque no alcanza aún- la media de un desalojo diario de viviendas.
Aunque las cifras se han reducido en los dos últimos años, lo cierto es que los desahucios se han disparado con respecto a los años anteriores al inicio de la crisis. Así, sólo en el primer semestre del año pasado, se produjeron en Ourense 181 desahucios, lo que significaba un incremento de 122 con respecto al año 2008, cuando la situación económica todavía no había tocado fondo. En la provincia han tenido especial incidencia los desahucios derivados del impago de renta, por encima de los propiamente hipotecarios.
En el conjunto de España, el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, señalaba hace a finales del año pasado que en 2012 aumentaron un 134,13% las ejecuciones hipotecarias (desahucios), superando los 182.000 casos, entre los que se incluyen, además de viviendas, locales comerciales y solares. Según explicaba entonces Moliner, 'no descendió la litigiosidad sino que se modificó la calidad de la misma, siendo sorprendente el incremento de las ejecuciones hipotecarias, con la consiguiente creación de un conflicto social de reciente memoria'.
De hecho, la provincia no escapa a la sangría de familias que se ven afectadas por los desahucios. A falta de computar el último trimestre del año pasado, los juzgados ourensanos ejecutaron 248 lanzamientos -el procedimiento por el que se realiza el desahucio de un bien alquilado o hipotecado-, de los que 194 se contabilizaron en el partido judicial de Ourense. De esta forma, la realidad ourensana roza -aunque no alcanza aún- la media de un desalojo diario de viviendas.
Aunque las cifras se han reducido en los dos últimos años, lo cierto es que los desahucios se han disparado con respecto a los años anteriores al inicio de la crisis. Así, sólo en el primer semestre del año pasado, se produjeron en Ourense 181 desahucios, lo que significaba un incremento de 122 con respecto al año 2008, cuando la situación económica todavía no había tocado fondo. En la provincia han tenido especial incidencia los desahucios derivados del impago de renta, por encima de los propiamente hipotecarios.
En el conjunto de España, el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, señalaba hace a finales del año pasado que en 2012 aumentaron un 134,13% las ejecuciones hipotecarias (desahucios), superando los 182.000 casos, entre los que se incluyen, además de viviendas, locales comerciales y solares. Según explicaba entonces Moliner, 'no descendió la litigiosidad sino que se modificó la calidad de la misma, siendo sorprendente el incremento de las ejecuciones hipotecarias, con la consiguiente creación de un conflicto social de reciente memoria'.
