Al no incluirlo la Xunta en la ordenación provisional, es precisa una modificación puntual, mientras la antigua cárcel permanece abandonada

El desarrollo de As Burgas, condenado a un aplazamiento

La exclusión del entorno de As Burgas de la ordenación urbanística provisional de la Xunta abocará a esta céntrica zona de la ciudad a por lo menos seis meses más de abandono e inactividad.
Ese es el tiempo mínimo necesario para que se apruebe definitivamente la modificación puntual del Plan Xeral de 1986 que inició el Concello, aunque para ello tendrían que agilizarse al máximo todos los trámites. De no ser así, la inactividad podría prolongarse hasta un año y medio, en función de lo que se demoren los distintos pasos (informes sectoriales, periodo de información pública, aprobación provisional...) necesarios para que finalmente se produzca el visto bueno definitivo.

Con todo, el Concello, que ayer recibió el acuerdo del Consello de la Xunta sobre la ordenación provisional, tiene previsto presentar alegaciones -tiene un plazo de 15 días para hacerlo- a la decisión del Gobierno gallego para incluir en esta normativa provisional el ámbito de As Burgas (también el del Campus). Su inclusión en la ordenación permitiría actuar en esta zona una vez que entre en vigor la norma provisional.


ESPACIO DEGRADADO

La modificación urbanística es fundamental para el desarrollo termal de la ciudad en el entorno de As Burgas. Dicho de otro modo, sin un cambio de este tipo es imposible desarrollar el plan especial y, por tanto, cualquier tipo de proyecto en la antigua cárcel. Esta situación urbanística provoca que, a pesar de que desde el área de Termalismo se haya asegurado en distintas ocasiones que hay empresas hoteleras interesadas en transformar el antiguo penal en hotel termal de lujo, tanto el edificio como su entorno se encuentren en un completo estado de abandono y degradación.

Al margen de las carencias que presenta el inmueble, que desde hace un tiempo tiene una red en el tejado para evitar desprendimientos desde la fachada a la calle, sus alrededores son en la actualidad uno de los puntos más degradados de la ciudad. Jeringuillas usadas y pañuelos con restos de sangre comparten espacio con envases de bebidas y basura de todo tipo, conviviendo así con los ciudadanos que utilizan esta zona para estacionar sus vehículos.

Ante el mal estado de este entorno, que se encuentra a metros de uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad (As Burgas), fuentes de la Concejalía de Limpieza reconocieron la necesidad de intervenir en ella y avanzaron que hay en marcha un operativo para que a lo largo de la mañana de hoy queden limpios los alrededores de la prisión. No obstante, las mismas fuentes aseguran que el mantenimiento del entorno es en parte responsabilidad de la Confederación Hidrográfica al encontrarse en las inmediaciones del río Barbaña.


LOS CAMBIOS

La modificación del Plan Xeral de 1986 que ha iniciado el Concello es sobre la que se asienta el PERI de As Burgas. Su objetivo fundamental es variar la ordenación urbanística del entorno de la antigua cárcel, ubicando en un mismo área este edificio, los Baños de Outeiro y la parcela de Xardín das Burgas. Todo el conjunto tiene una edificabilidad que ronda los 14.000 metros cuadrados, 5.000 menos de los que tenía el solar de Xardín das Burgas tras la recalificación realizada por el gobierno de Manuel Cabezas.

La Concejalía de Urbanismo ya había comenzado esta tramitación antes de que el Tribunal Supremo anulase definitivamente el Plan Xeral de 2003. Sin embargo, un informe desfavorable de la Xunta obligó a volver a aprobar la modificación en el pleno de Ourense, lo que retrasó el visto bueno definitivo. Al anularse el planeamiento, el Concello tuvo que volver a iniciar la tramitación del cambio urbanístico, esta vez referido al Plan de 1986. Precisamente para pedir agilidad en la tramitación, la concejala de Urbanismo, Áurea Soto, comparecía hace una semana para urgir colaboración de la Xunta.

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