La Policía Local y la Guardia Civil de Carballiño desarticularon una banda de ladrones que operaban a nivel nacional; robaban en casas haciéndose pasar por empleados del Catastro.
Galicia y más concretamente la provincia de Ourense se había convertido en su objetivo durante los últimos meses. Fue la rápida reacción de una de sus víctimas, una vecina de Carballiño, la que motivó la primera de las detenciones, la de Luis Antonio P.D., de 46 años, vecino de Valladolid. La banda la completan otras dos personas, un joven de 24 años, H.L.P.L., y una mujer de 45 años, M.N.L.L, ambos residentes igualmente en Valladolid, y a los que en la tarde de ayer todavía buscaba la Guardia Civil tras comprobar su identidad.
Benigna Pinal Rodríguez, de 81 años, se encontraba en su casa de la Rúa Calviño, en Carballiño, cuando dos hombres llamaron a su puerta y se identificaron como trabajadores del Catastro. Le dijeron que iban a hacer una valoración de la vivienda porque podría beneficiarse de ayudas oficiales para su rehabilitación. Una vez dentro, uno de los individuos pidió a la propietaria que sujetase la cinta métrica por un extremo con el fin de medir las distintas dependencias. Benigna Pinal señaló que empezó a desconfiar cuando el hombre de mayor edad había desaparecido de su vista. Entonces, reaccionó y le dijo al que estaba a su lado que ya se cansaba de tantas mediciones y que abandonaran su casa. Enseguida habría aparecido el otro sujeto y dirigiéndose a su compañero habría manifestado: 'Vámonos, que con esta señora no se puede trabajar'. Nada más salir de la casa, la mujer fue a comprobar si le habían robado, y efectivamente, le faltaban 2.200 euros en efectivo, además de una cadena y unos pendientes de oro.
Enseguida se acercó a la vivienda próxima de un vecino y llamó a la Policía Local. Una patrulla se presentó de inmediato y con la descripción aportada por la vecina localizó en las inmediaciones a Luis Antonio P.D. que, aunque intentó escapar, fue alcanzado por los agentes, mientras H.L.P.L. huía a través de un monte cercano.
La Policía Local y la Guardia Civil recuperaron lo sustraído y otros 5.000 euros, al registrar al detenido. De inmediato, se puso en marcha un amplio operativo de rastreo por el monte y todo el pueblo para intentar localizar al fugado, aunque no fue posible.
Posteriormente, las investigaciones de la Guardia Civil llevaron a identificar al otro sospechoso y asimismo a una mujer, que es la que se encarga de realizar un estudio previo sobre las viviendas y sus ocupantes, casi siempre personas mayores que viven solas.
Benigna Pinal Rodríguez, de 81 años, se encontraba en su casa de la Rúa Calviño, en Carballiño, cuando dos hombres llamaron a su puerta y se identificaron como trabajadores del Catastro. Le dijeron que iban a hacer una valoración de la vivienda porque podría beneficiarse de ayudas oficiales para su rehabilitación. Una vez dentro, uno de los individuos pidió a la propietaria que sujetase la cinta métrica por un extremo con el fin de medir las distintas dependencias. Benigna Pinal señaló que empezó a desconfiar cuando el hombre de mayor edad había desaparecido de su vista. Entonces, reaccionó y le dijo al que estaba a su lado que ya se cansaba de tantas mediciones y que abandonaran su casa. Enseguida habría aparecido el otro sujeto y dirigiéndose a su compañero habría manifestado: 'Vámonos, que con esta señora no se puede trabajar'. Nada más salir de la casa, la mujer fue a comprobar si le habían robado, y efectivamente, le faltaban 2.200 euros en efectivo, además de una cadena y unos pendientes de oro.
Enseguida se acercó a la vivienda próxima de un vecino y llamó a la Policía Local. Una patrulla se presentó de inmediato y con la descripción aportada por la vecina localizó en las inmediaciones a Luis Antonio P.D. que, aunque intentó escapar, fue alcanzado por los agentes, mientras H.L.P.L. huía a través de un monte cercano.
La Policía Local y la Guardia Civil recuperaron lo sustraído y otros 5.000 euros, al registrar al detenido. De inmediato, se puso en marcha un amplio operativo de rastreo por el monte y todo el pueblo para intentar localizar al fugado, aunque no fue posible.
Posteriormente, las investigaciones de la Guardia Civil llevaron a identificar al otro sospechoso y asimismo a una mujer, que es la que se encarga de realizar un estudio previo sobre las viviendas y sus ocupantes, casi siempre personas mayores que viven solas.
