La atribución en exclusiva de la detención del joven rumano que presuntamente asesinó al farmacéutico jubilado Tomás Milia por parte de la Policía Local ha levantado ampollas. Pero la puesta es escena de esta arrogación ha supuesto un callo en la plantilla de la Policía Nacional.
La presencia del alcalde de la ciudad, Agustín Fernández, en la sede de A Ponte el pasado martes, con cámaras y flashes ejerciendo de notarios, para felicitar a los agentes que participaron en la detención, no fue encajada en el Cuerpo hermano, que en la noche del crimen también perseguía a Alexandru Marius Luca. El joven le había infundido sospechas tras su identificación a las 00.30 horas del sábado cuando caminaba por Curros Enríquez, la calle en la que está el inmueble en donde se produjo el homicidio.
Policías nacionales y locales seguían esa madrugada a la misma persona, pero por motivos bien diferentes. Los agentes adscritos al cuerpo que depende del Concello querían darle alcance en relación a un accidente de tráfico con una señal. Los 'centauros' de la Nacional, por su parte, creían que podría estar detrás de algún robo, ya que le incautaron relojes en el maletero del coche antes de que se diera a la fuga y arrollara a un agente. Posteriormente, unos y otros dieron con el sospechoso y corrieron tras él con peor y mejor suerte. Un policía nacional le dio alcance, aunque fue driblado gracias a una bolsa llena de ropa ensangrentada que le arrojó. Acto seguido, un agente de la Local fue el que le colocó las esposas y, con ellas, los honores.
COMUNICADO SIN PRECEDENTES
La Policía Nacional, a través de sus cuatro sindicatos -Sindicato Profesional , Confederación Española, Unión Federal y Sindicato Unificado de Policía-, decidieron escenificar ayer su malestar con un comunicado conjunto con escasos precedentes. Censuran el 'acto mediático' del alcalde a la hora de 'exaltar la labor de sus policías locales, obviando en todo momento que la iniciativa y el desarrollo de las actuaciones fue llevada a cabo por la Policía Nacional'. Pero la falta de tacto también la hicieron extensible al jefe superior de Policía de Galicia, Jaime Iglesias, quien visitó la Comisaría pero obvió las felicitaciones, y al subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, por no resaltar la colaboración entre ambos cuerpos.
Desde el Concello quitan hierro al asunto, asegurando que la visita del alcalde a la jefatura fue realizada en el cometido de sus funciones como 'máximo responsable de la Policía Local de Ourense'.
Mientras, en la Subdelegación del Gobierno aseguran que Castro sí hizo extensible la felicitación a través del comisario Amable Valcárcel. Este último confirmaba en la mañana de ayer la recepción de una carta en la que aplaude la intervención de este Cuerpo. Para Valcárcel la colaboración entre cuerpos, 'que es magnífica' -destaca-, fue fundamental para la resolución del caso, de ahí que entienda el malestar de los suyos con atribuciones unilaterales.
Aun así, valora que en la detención de Luca y, por tanto, en la resolución del caso hubo un punto de inflexión: la identificación del joven a las 00.30. Un hecho que, según dice, 'logró ponerlo nervioso' y precipitó sus torpezas posteriores, el retorno cinco horas después al escenario del crimen para borrar las huellas.
Policías nacionales y locales seguían esa madrugada a la misma persona, pero por motivos bien diferentes. Los agentes adscritos al cuerpo que depende del Concello querían darle alcance en relación a un accidente de tráfico con una señal. Los 'centauros' de la Nacional, por su parte, creían que podría estar detrás de algún robo, ya que le incautaron relojes en el maletero del coche antes de que se diera a la fuga y arrollara a un agente. Posteriormente, unos y otros dieron con el sospechoso y corrieron tras él con peor y mejor suerte. Un policía nacional le dio alcance, aunque fue driblado gracias a una bolsa llena de ropa ensangrentada que le arrojó. Acto seguido, un agente de la Local fue el que le colocó las esposas y, con ellas, los honores.
COMUNICADO SIN PRECEDENTES
La Policía Nacional, a través de sus cuatro sindicatos -Sindicato Profesional , Confederación Española, Unión Federal y Sindicato Unificado de Policía-, decidieron escenificar ayer su malestar con un comunicado conjunto con escasos precedentes. Censuran el 'acto mediático' del alcalde a la hora de 'exaltar la labor de sus policías locales, obviando en todo momento que la iniciativa y el desarrollo de las actuaciones fue llevada a cabo por la Policía Nacional'. Pero la falta de tacto también la hicieron extensible al jefe superior de Policía de Galicia, Jaime Iglesias, quien visitó la Comisaría pero obvió las felicitaciones, y al subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, por no resaltar la colaboración entre ambos cuerpos.
Desde el Concello quitan hierro al asunto, asegurando que la visita del alcalde a la jefatura fue realizada en el cometido de sus funciones como 'máximo responsable de la Policía Local de Ourense'.
Mientras, en la Subdelegación del Gobierno aseguran que Castro sí hizo extensible la felicitación a través del comisario Amable Valcárcel. Este último confirmaba en la mañana de ayer la recepción de una carta en la que aplaude la intervención de este Cuerpo. Para Valcárcel la colaboración entre cuerpos, 'que es magnífica' -destaca-, fue fundamental para la resolución del caso, de ahí que entienda el malestar de los suyos con atribuciones unilaterales.
Aun así, valora que en la detención de Luca y, por tanto, en la resolución del caso hubo un punto de inflexión: la identificación del joven a las 00.30. Un hecho que, según dice, 'logró ponerlo nervioso' y precipitó sus torpezas posteriores, el retorno cinco horas después al escenario del crimen para borrar las huellas.
