Las distracciones al volante ya matan en Ourense más que la velocidad

Consultar aplicaciones en el teléfono móvil, estar pendiente de la radio o la música, encender un cigarrillo o priorizar a los pasajeros que van en el coche en vez de a la carretera son algunas de las distracciones más frecuentes que están detrás de los accidentes más graves, aquellos que se saldan con víctimas mortales. La conducción desatenta estuvo, según los atestados policiales, detrás de la mayoría de los 13 siniestros con fallecidos ocurridos el pasado año, a los que también hay que sumar un herido grave y otro leve. Los despistes irrumpieron como el principal factor concurrente en los accidentes de tráfico mortales por delante de otros como la velocidad excesiva, invadir el sentido contrario o saltarse una señal stop de ceda el paso. Las distracciones, como factor decisivo en la producción de siniestros, estuvo detrás del 61,5 por ciento de aquellos que se saldaron con muertos mientras que en 2021 las causas estuvieron más repartidas (la velocidad figuraba a la cabeza, en el 30,7% de los siniestros, y los despistes quedaron relegados a un 15%). Edad media En 2022, la edad media de las víctimas fue de 51,8 años. Una joven de 23 que regresaba de la mascarada de Viana y su coche se salió de la vía en Ourense y chocó con una farola fue la víctima más joven y un vecino de A Veiga arrollado por su propio tractor fue la de más edad, 80 años. Precisamente, en Grixoa (San Amaro), hubo otro accidente mortal en el que se vio implicado un tractor. Según confirmaron los agentes de la Guardia Civil, la persona circulaba en el remolque cuando, a causa de un bache, cayó y se golpeó contra la calzada. En la ciudad, hubo dos fallecidos: la joven que pereció en la N-525, a la altura de la salida de A Valenzá, cuando regresaba a casa a las 3.40 horas de la madrugada, y un hombre de 79 años, el último damnificado de año, que murió arrollado por el conductor de 92 años que iba a una velocidad inadecuada, según determinó la Policía Local. Ocurrió en la OU-402, en Reza, a las 11.25 horas. Dos vehículos chocaron y uno de ellos salió de la vía e invadió el camino de tierra por el que paseaban dos amigos. El accidente mortal más común en las vías urbanas es el atropello a los peatones (el 50%), sobre todo, a personas mayores. Menor incidencia tienen las salidas de la vía (25%) o las colisiones laterales y frontolaterales (10%). El consumo de alcohol aparece solo como causa en uno de los siniestros mortales de 2022 junto a otros como la conducción distraída -la principal- y la velocidad inadecuada. Y el estado de salud del conductor, en una de las dos colisiones frontales, la que tuvo lugar en A Merca el 22 de junio. Un hombre de 41 años, vecino de Barbadás, falleció tras la colisión frontal entre el turismo que conducía y un todoterreno de Medio Ambiente de la Xunta, un suceso registrado a las 13.05 horas en la carretera OU-540, que conecta la ciudad de Ourense con la frontera portuguesa, en A Baixa Limia. El siniestro tuvo lugar a la altura de la localidad de Parderrubias, en el municipio de A Merca, en el kilómetro 13. La conductora del otro automóvil resultó herida leve. Las motos Además, hubo dos percances mortales con motos en A Merca y Toén. Los conductores de 50 y 36 años sufrieron salidas de vía en A Merca y Toén, respectivamente, en los meses de marzo y julio. En ambos casos, debido a una distracción o conducción desatenta, las víctimas acabaron chocando contra un elemento de la vía. En cuanto al tipo de accidentes, además de los dos atropellos y la caída del tractor, hubo ocho salidas de vía, con choque, vuelco o despeñamiento en una zona de difícil acceso en Verín, además de dos colisiones frontales causadas por enfermedad y velocidad inadecuada. Las carreteras de la Xunta y la Diputación fueron las peor paradas, sobre todo la OU-540 a su paso por A Merca. Solo una de la red estatal, la N-525, a su paso por la ciudad, registró un accidente mortal y ninguno en la red principal. Según fuentes de Tráfico, el pasado año no hubo ningún punto negro ni tramos de concentración de accidentes. La accidentalidad en vías secundarias es mayor, pese a soportar menos circulación que en las autovías que discurren por la provincia “porque hay un mayor riesgo de colisión en los tramos de un carril por sentido, hay menos concienciación a la hora de conducir tras el consumo de alcohol en trayectos cortos y se suele bajar más la guardia si son carreteras frecuentadas habitualmente”, explica un agente. Los peores meses el pasado año fueron marzo -con tres fallecidos- y noviembre -con el mismo registro-, pero si la referencia temporal se extiende a las estaciones, el verano fue sin duda la más letal: entre el 22 de junio y el 19 de septiembre perdieron la vida seis personas, casi la mitad de todos los fallecidos.