La DO Ribeira Sacra busca un presidente tras no ir a elecciones

Vinos de la denominación que alberga territorio de Ourense y Lugo.
photo_camera Vinos de la denominación que alberga territorio de Ourense y Lugo.

El Consello Regulador de la Denominación Ribeira Sacra tratará de escoger un presidente

El Consello Regulador de la Denominación Ribeira Sacra fue el único ourensano que no fue a elecciones para decidir los vocales que formarán la denominación durante los próximos años. “Decidimos non ir a eleccións porque chegamos a un acordo entre todas as listas”, cuenta Javier Rodríguez, representante de los viticultores que no venden uva. 

Así, se formó el Consello Regulador con 12 vocales: seis de las bodegas que se escogieron previamente a la reunión que designó al resto de vocales: dos vocales de viticultores grandes y otros dos de los pequeños. Así, las 12 personas que representan actualmente a la Ribeira Sacra deberán escoger, con el acuerdo de todos, un presidente antes del 9 de marzo.

Elección de presidente

“Non hai ningún conflito como tratan de plasmar algúns, todos estamos remando cara o mesmo lado, obviamente cada un defende o seu, pero todos temos a mesma idea de futuro”, explica Rodríguez. La lista única de la DO Ribeira Sacra tratará para el futuro de modificar el funcionamiento del consello, modernizarlo y profesionalizarlo más, así como darle más promoción a su vino : “Facer medrar a DO”, añade el viticultor. 

Sobre el candidato ya han barajado varios nombres pero ninguno en firme. “Estamos estudando as posibilidades, porque queremos unha figura que poida facer un pouco de presidente-xerente. Estamos buscando a alguén con certa traxectoria no sector que, ademais de habilidades sociais e movemento no mundo da prensa, teña tamén unha certa bagaxe en temas de xestión empresarial”, anota Javier Rodríguez, consciente de que la tarea no es fácil.

Por su parte, José Manuel Rodríguez, hasta ahora presidente de la denominación, deja de formar parte del Consello Regulador y hace un balance de los últimos 30 años: “Esto era un espazo abandonado e agora é unha forma de vida, con 2.000 viticultores, 100 bodegas e moita xente que vive disto”, cuenta Rodríguez, quien considera que “o viño foi o que trouxo turismo aquí”. Ahora, la DO “debe seguir camiñando, e como todas as cousas hai xente nova”. 

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