Doble rasero de Adif: no a la estación en Ourense; sí en la Galicia atlántica

Ourense es ya la única ciudad conectada a la red de alta velocidad ferroviaria en la que su estación, con excepción de los ajustes mínimos para permitir la llegada de los trenes, no tiene en marcha el proyecto de renovación comprometido por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, que muestra un doble rasero al sí haber activado los trámites necesarios en Vigo, Santiago y A Coruña para la ejecución de sus intermodales. Todo ello pese a que la ciudad de As Burgas es la primera parada de relevancia en la Comunidad y, por el momento, la única a la que llegan los trenes AVE, que han multiplicado la llegada de viajeros. Sin embargo, pese a que la burocracia se puso hace más de una década en marcha de manera simultánea al resto de urbes, en estas semanas ha sido el propio Gobierno central el que ha confirmado una nueva dilación en los plazos, al aplazar ya al último trimestre de 2022 la aprobación del proyecto constructivo, pese a que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, había garantizado en una reunión bilateral con la Xunta a principios de este año que la licitación se produciría antes de julio. Diferencias La confirmación de otro aplazamiento de una inversión estimada en 140 millones para rehabilitar la actual terminal ferroviaria, una vez que en 2016 el entonces Ejecutivo de Mariano Rajoy metió la tijera al proyecto original de Norman Foster -mucho más ambicioso-, coincide casi en el tiempo con el desbloqueo por parte de Adif de las obras correspondientes a la intermodal de A Coruña, en la que acaba de aprobar la licitación de un desembolso de 80 millones apenas unas semanas después de que Gobierno, Xunta y Concello coruñés firmasen el convenio para la financiación de la actuación. De esta forma, el proyecto herculino, cuya maduración iba mucho más retrasada que el de Ourense, se activa ya sin marcha atrás, respetando además mucho más el diseño salido del concurso de ideas, cosa que no sucede en Ourense. Mientras, la inversión estatal está ya en marcha en la ciudad de Santiago, con la ejecución de unas obras que se licitaron hace un año y que se adjudicaron el pasado mes de diciembre. El presupuesto de alrededor de 30 millones se suma al de una pasarela que garantiza la intermodal en servicio desde hace tiempo. En el sur de Galicia, también Ourense sale perjudicada en la comparación, dado que Vigo estrenó su nueva terminal ferroviaria en 2015, beneficiándose de una integración ferroviaria que canalizaba a través de túneles la circulación de los trenes por el Corredor Atlántico. En septiembre de 2021, por otro lado, se inauguraba el complejo Vialia, que más allá del impulso económico y comercial, ha permitido una transformación urbanística en toda la zona que el Gobierno central ha negado a Ourense, la ciudad gallega con AVE pero sin tener a la vista una estación adaptada a ese escenario. De nuevo, un doble rasero que castiga a la tercera urbe de Galicia. A la cola también en la apuesta desde la Xunta Hasta la fecha, la transformación en A Ponte ha venido dada por la construcción de la estación de autobuses y el aparcamiento subterráneo, así como la urbanización de la plaza. Al igual que en el resto de ciudades y en función de los convenios, ha sido la Xunta la que ha asumido la inversión para trasladar las terminales de autocares y conseguir la intermodalidad y, en este apartado, Ourense está también a la cola de Galicia. Sí puede presumir Ourense de ser la primera urbe de la Comunidad en estrenar el intercambio ágil entre modos de transportes, pero la nueva estación salió a licitación por 3,5 millones y con un diseño que convence a pocos. En Santiago, donde también está en funcionamiento, la inversión consignada superó los ocho millones. A cifras mucho más elevadas se van las actuaciones de Vigo, que la inaugurará en breve tras un desembolso superior a los 15 millones, mientras que la más costosa será la de A Coruña, a la espera de adjudicación con un presupuesto de unos 20 millones.