ASESINATO

El dominó se queda sin jugadores

Los vecinos de Beariz, resignados a perder gente en México, apenas conocían al hotelero Daniel Balboa, que apareció carbonizado en su coche. Su tía, única familia que le queda en el pueblo, presume: "Era moi bo, e tiña un tipazo"

"Foron uns covardes, porque o Danielito era moi botado para adiante, e se lle intentasen facer algo de cara podíase enfrentar a tres ou catro sen problema". Una compungida Sara Balboa hablaba ayer así a sus 86 años de su sobrino Daniel, fallecido el pasado 3 de marzo en el estado de Guadalajara, en México, a sus 40 años. Apareció calcinado dentro de su coche, y la Policía aún lo está investigando.

El área de Guadalajara, donde apareció el cuerpo carbonizado, es una de las más inseguras del país mexicano. De hecho, solo en la primera semana de marzo, la Policía metropolitana había certificado 55 muertes con violencia.

Daniel Balboa Morrazo era un empresario hotelero venezolano de padre ourensano y madre de Cambados. Estaba muy vinculado con la zona de Pontevedra, donde llegó a ser incluso titular de un negocio hotelero. Nació en Caracas, donde creció y estudió, en el Colegio San Agustín, hasta que, fallecido su progenitor por enfermedad, e invitado por un primo suyo, se lanzó a la aventura mexicana.

EMPRESA HOTELERA

Allí, empezó su trabajo en el sector de los hoteles, bajo el mando del también empresario de Beariz Manuel Teixeiro, asesinado el pasado mes de diciembre. Fue precisamente su primo el que encontró muerto a Daniel y el que avisó a su familia en Venezuela, donde todavía residen su madre y su hermano. Este último está ya en México para poder llevarse el cadáver a Venezuela. Se le dará sepultura en ese país, ya que ahí se encuentra el panteón familiar.

"Todos o querían moito, non lle facía mal a ninguén. Levaba tempo sen vir, desde que lle morreu o pai, pero antes viñan no verán e andaban uns días, e ía cos seus primos mexicanos por aí. Non era moi coñecido na aldea, ademais aquí quedamos poucos", decía su tía, una de las cuatro residentes de Candedo, en Beariz. Sara recuerda a su sobrino con muy buenos ojos. "Tiña un tipazo... Medía 1,95 e pesaba 105 kilos. Era un bichazo ben guapo.... E mira que mala sorte tivo!", relataba.

La mujer recibió ayer la visita de gente cercana, que quiso interesarse por ella, la única familiar directa que realmente le quedaba a David, siendo la hermana de su padre. "Cando viñan sempre quedaban aquí, que é a casa familiar de sempre e ten moitas habitacións", señalaba. El padre fue una persona de éxito en Venezuela, donde era constructor y llegó a participar en la creación del Metro de Caracas".

Beariz amanecía de nuevo bañado en sangre apenas cuatro meses después del crimen que segó la vida de Teixeiro. La muerte de Daniel les volvió a salpicar, aunque es cierto que había hecho vida fuera y apenas era conocido por los vecinos. "Recordamos ao seu pai, e sobre todo á tía, a que máis nos apena, pero a el aquí non o coñece case ninguén", destaca un vecino que viaja mucho a México.

PÉRDIDA DE JUGADORES

En un bar de Beariz asumían con resignación la violencia en México. "O outro día aínda comentaron que en pouco máis dun ano xa perderan a dous compañeiros de dominó pola violencia", dice la camarera. Este juego es parte del entretenimiento de los mexicanos que pasan largas temporadas en el pueblo. Uno de los jugadores recordaba que "o peor de aquí é o frío, pero aínda así é mellor que estár alá, onde é moi fácil acabar no maleteiro dun coche."

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