El ejército de "muertos" y desertores de Gonzalo Pérez Jácome, alcalde de Ourense

Francisco Cacharro, city manager, es el principal sostén de un alcalde de Ourense del que todos huyen

El submundo Jácome ha dejado una amplia lista de cadáveres por el camino y desertores de la causa de Democracia Ourensana. Un ejemplo se vivió en el inicio de este mandato, en el que, aun ostentando el gobierno local, Jácome vio cómo huían de su lado Ana Isabel Bertóloez, solo nueve días después de la toma de posesión, y Ana Rebanales, que se marchaba a principios de julio. En verano del 2020, acabaron huyendo el resto: Miguel Caride (que se acabó marchando tras un sospechoso acuerdo con Jácome), María Dibuja, Maite Garrido, Manuel Álvarez (que era el vicepresidente de DO) y Mario González (el único que dimitió y dejó su acta). 

 El alcalde despachó sin piedad a su propio primo, Félix Álvarez, asesor expulsado tras ser cazado en una grabación en la que trasladaba, como emisario del alcalde, a María Dibuja una oferta a cambio de su acta.

El último en desaparecer del lado del regidor fue Telmo Ucha, el edil que dio oxígeno al gobierno Jácome cuando agonizaba tras la primera crisis. No tardaron en llegar las “diferencias” sobre el peculiar modelo de gestión del alcalde. Hoy fuera de las listas hay quien cree que Ucha se apartó para que nada lo salpicase.

En el medio, huyeron el director general de Inteligencia Artificial, David Olivieri, puesto que creó Jácome para el frustrado Centro de IA, o Eduardo González, un fichaje personal del alcalde como director general de Recursos Humanos, además de todo un reguero de asesores a los que fue nombrando y cesando de forma frenética. 

Gonzalo Pérez Jácome, saliendo de la casa consistorial con Francisco Cacharro, el coordinador general (ANDRÉS CACHALVITE).
Gonzalo Pérez Jácome, saliendo de la casa consistorial con Francisco Cacharro, el coordinador general (ANDRÉS CACHALVITE).

Uno de los supervivientes indemnes hasta ahora es Francisco Cacharro, para el que Jácome (al que, según dicen, servía de confidente en la Diputación) creó el puesto de coordinador general. Irrumpió en el Concello con un sueldo superior a los 86.000 euros anuales (más que el de los presidentes del Gobierno y de la Xunta) y diseña la estrategia y los informes que dan forma y aval al proceder de Jácome. Es su principal sostén, junto al coordinador de Infraestructuras, César Pichel.

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