Entró en la Coral De Ruada en el año 1996 y, desde el 2002, forma parte de la junta directiva presidida por Eladio Quevedo, en el cargo de vicepresidente.
Entró en la Coral De Ruada en el año 1996 y, desde el 2002, forma parte de la junta directiva presidida por Eladio Quevedo, en el cargo de vicepresidente. La dimisión de Quevedo, provocada por motivos personales, lo ha impulsado ahora hasta la presidencia de la agrupación.
¿Cómo asume este nuevo cargo?
Con responsabilidad. La coral es una institución muy importante en Ourense. Teniendo en cuenta, de todos modos, el equipo que tiene y lo bien que funciona, estoy seguro que entre todos sabremos llevarla hacia adelante.
¿Cuáles son sus retos como presidente?
Llevamos varios años diciendo lo mismo. El gran reto de todas las corales, no sólo de la nuestra, es el relevo generacional. Aunque también, en tiempos de crisis, el tema del mantenimiento, la programación de actividades y las infraestructuras, es decir, la cuestión económica también se deja sentir. Se necesita financiación, pero saldremos adelante. Y luego, nuestro reto más próximo es empezar en el 1918 con las celebraciones del centenario de la coral, ya que la reunión de su fundación fue el 5 de octubre de 1918.
¿Cómo buscan el relevo generacional?
Trabajamos desde hace un par de años con los alumnos de los colegios Miraflores, Padre Feijóo, Concepción Arenal y el CEIP Curros Enríquez, y estamos tratando de que se una alguno más, intentado que se inicien en el canto polifónico coral con algunas de nuestras partituras. Ahora, en el próximo disco que saldrá en breve, y que cuenta con la colaboración de importantes artistas gallegos que no podemos desvelar aún, hemos grabado también con 68 escolares. Siendo Eladio presidente, se creó una escuela de música popular que está empezando tímidamente. Además, también captamos a gente que conocemos para que se animen a participar.
¿Por qué cuesta tanto?
Es un análisis complicado, pero probablemente contribuya a ello la gran oferta de actividades más lúdicas y menos exigentes a las que pueden acceder. El coro exige dos ensayos semanales mínimo, y a veces los fines de semana hay actuación. Estar aquí supone un sacrificio a cambio de nada, porque aquí no sólo no se cobra, sino que se paga. Los coralistas tenemos una cuota. Creo que se suma un poco de todo.
¿Qué es ser “ruadista"?
Para mí, que conozco la coral desde pequeño, es lo máximo, por eso ser ahora presidente me resulta abrumador. La coral se lleva en el corazón y además es una institución con un peso importante, con una trayectoria seria y coherente.
¿Podría desaparecer la coral?
Si no llega el relevo generacional, claro que puede. Pero yo tengo la esperanza de que no va a ser así, pondremos los medios para que no suceda. De todos modos, creo que esto va un poco por modas, recuerdo que a las bandas de música también les pasó algo similar y luego resurgieron.
¿Y el homenaje a Quevedo?
Me gustaría mucho reconocer la figura de Eladio Quevedo,es un presidente al que la Coral De Ruada tienen que estar muy agradecida, por que llegó en un momento muy complicado para la agrupación y supo sacarla adelante. Además del reconocimiento oficial que le ofrecemos como presidente de honor, hay una gratitud interior muy profunda.
