Allegados y amigos han despedido entre lágrimas y abrazos a Socorro Pérez cuya muerte permanece bajo secreto de sumario mientras se esclarecen las circunstancias de su fallecimiento
La familia de Socorro Pérez, la orensana desaparecida el 2 de mayo, ha dado sepultura a los restos mortales hallados ayer y que creen que se corresponden con ella en un panteón en el cementerio de San Francisco de la ciudad, después de que el juez autorizara el sepelio a falta del resultado de la autopsia.
Allegados y amigos han despedido entre lágrimas y abrazos a Socorro, de 43 años, cuya muerte permanece bajo secreto de sumario mientras se esclarecen las circunstancias de su fallecimiento, informan fuentes de la Policía Nacional.
El portavoz y primo de la familia de la mujer, Jesús María Pérez, ha explicado tras el entierro que la juez lo ha autorizado pese a que la autopsia todavía no ha confirmado la identidad del cadáver localizado ayer cerca del Seminario orensano.
"Creemos que es ella porque hoy mismo le dimos sepultura en el panteón familiar", ha enfatizado Pérez, quien ha añadido que todavía no hay resultados de la autopsia al cien por cien y las pruebas de ADN se resolverán la próxima semana en Madrid.
En todo caso, ellos están seguros al 90 por ciento de que se trata de Socorro no solo por la ropa hallada donde apareció, sino porque en "el lugar del crimen" se encontró también una cadena con las llaves que llevaba cuando salía a correr y la suya era la única denuncia por desaparición en Ourense.
Se trata de "tres datos muy importantes", pero no obstante ha instado a dejar que la Policía haga su trabajo para que "este hecho no quede impune".
Pérez ha confesado su "sorpresa" de que se haya decretado secreto de sumario en este caso porque hasta ayer no había ningún indicio ni pista sobre "nada ni nadie", salvo que se haya encontrado ahora, ha añadido.
Los familiares de Socorro sostienen que su muerte fue violenta y además descartan que se suicidara o que desapareciera voluntariamente por su "manera ser, con una vida ordenada y rutinaria, que no tenía problemas ni laborales, ni familiares, ni económicos".
Por ello, ha lamentado el tiempo que se haya podido perder cuando se contempló el primer supuesto.
"Seguimos como el primer día, seguimos igual, no tenemos ninguna sospecha ni ningún indicio de qué es lo que ha podido ocurrir", ha señalado Pérez, que ha demandado al Ministerio del Interior, en nombre de la familia, "que se busque a los culpables y se les juzgue porque esto ha creado una alarma social muy grande en Ourense".
Unos cazadores vecinos de Rabo do Galo, la parroquia de donde son oriundos los abuelos de la mujer, encontraron ayer por la mañana el cuerpo en las inmediaciones del Seminario de la ciudad, una de las zonas que centraban el rastreo.
Entre las hipótesis que manejan los investigadores figura que la mujer haya muerto el mismo día de su desaparición, en base al avanzado estado de descomposición del cuerpo, "oculto por matorrales" y con ropa similar a la de la orensana desaparecida.
La mujer, de 43 años y vecina del barrio de O Couto, salió a caminar el pasado 2 de mayo y fue vista por última vez cuando regresaba a su domicilio de hacer deporte.
