Un hombre encapuchado y armado con pistola atracó ayer la sucursal de Novagalicia Banco de Albarellos (Monterrei), apoderándose de 3.000 euros. El asalto se registró pasadas las doce de la mañana cuando no había clientes en las instalaciones ni tampoco en la terraza de un bar situado a escasos metros. En la sucursal trabaja el director y una empleada, pero el primero salió minutos antes a hacer un recado, lo que llevó a la Guardia Civil a sospechar que el atracador estaba controlado todos los movimientos de personas que había en la zona.
El atracador entró en la oficina cubriendo el rostro con la capucha y, nada más cruzar la puerta, extrajo la pistola del bolsillo y, tras encañonar a la empleada, le exigió que le entregara todo el dinero que había en la caja.
La operaria siguió todas sus instrucciones y le dio el dinero, 3.000 euros, que el atracador metió en uno de los bolsillos y se dio a la fuga. Antes advirtió a la trabajadora de que no saliera a la calle hasta pasado un tiempo porque le podrían disparar. La mujer obedeció y, según fuentes de la Guardia Civil, desconocía si el ladrón huyó a pie o en coche.
Al lugar acudieron varias patrullas del cuartel de Verín y, tras interrogar a la empleada y realizar una inspección ocular en las instalaciones, se desplazaban a un domicilio situado a escasos metros de la sucursal, en el que reside M. E. G. R., de unos 50 años, al que trasladaban al cuartel para tomarle declaración. Este vecino permanecía retenido en la noche de ayer en las dependencias del instituto armado a la espera de que los agentes finalizaran de analizar las grabaciones de la cámara de seguridad que hay en la sucursal ante la sospecha de que pudo haber sido el autor del asalto.
La Guardia Civil revisó su domicilio, en el que reside con sus padres, además del de una hermana suya, también situado a escasa distancia de la sucursal, a la búsqueda de la capucha y el arma, además del botín. El hombre negó ser el autor del asalto, asegurando que estaba con sus padres.
La operaria siguió todas sus instrucciones y le dio el dinero, 3.000 euros, que el atracador metió en uno de los bolsillos y se dio a la fuga. Antes advirtió a la trabajadora de que no saliera a la calle hasta pasado un tiempo porque le podrían disparar. La mujer obedeció y, según fuentes de la Guardia Civil, desconocía si el ladrón huyó a pie o en coche.
Al lugar acudieron varias patrullas del cuartel de Verín y, tras interrogar a la empleada y realizar una inspección ocular en las instalaciones, se desplazaban a un domicilio situado a escasos metros de la sucursal, en el que reside M. E. G. R., de unos 50 años, al que trasladaban al cuartel para tomarle declaración. Este vecino permanecía retenido en la noche de ayer en las dependencias del instituto armado a la espera de que los agentes finalizaran de analizar las grabaciones de la cámara de seguridad que hay en la sucursal ante la sospecha de que pudo haber sido el autor del asalto.
La Guardia Civil revisó su domicilio, en el que reside con sus padres, además del de una hermana suya, también situado a escasa distancia de la sucursal, a la búsqueda de la capucha y el arma, además del botín. El hombre negó ser el autor del asalto, asegurando que estaba con sus padres.
