Solo las charangas y batucadas del Entroido de Ourense organizado por el Concello superaron los 107.000 euros de desembolso de dinero público
El Entroido pasará una factura de casi medio millón de euros a las arcas públicas del Concello. El gasto en las diversas actividades contratadas se disparó hasta superar los 490.000 euros en plena campaña electoral, según la información a la que tuvo acceso este diario, con imponentes partidas dedicadas a la contratación de charangas y orquestas.
La música fue la principal apuesta del gobierno de Jácome para engrosar el programa, pero también engrosó los gastos. A la cabeza de este apartado se sitúa el concierto de Henry Méndez, contratado a través del hostelero y músico local Diego González Nóvoa, con una partida de 18.000 euros.
Las orquestas tampoco faltan a la fiesta con elevadas facturas que disparan el gasto. Traer a la París de Noia costó casi 17.000 euros, mientras que Los Coleguitas (también a través de Diego González) requirieron un desembolso de más de 16.000 euros. La orquesta lusa Funçao Pública tuvo un precio cercano a los 11.500 euros y la Olympus, de más de 10.000 euros. Las orquestas, en total, suman un gasto superior a los 85.000 euros.
Además, también se contrató más de una veintena de charangas y batucadas, lo que supuso dedicarles más de 107.000 euros públicos. En todo caso, el espectáculo artístico más caro fue el pasacalles “La flauta mágica”, de Pablo Méndez Performance, por más de 18.100 euros. El resto de partidas se corresponden con gastos para animación, iluminación y sonido, seguridad y similares. El reparto de orejas costó más de 8.800 euros.
"Pan e circo"
Natalia González, portavoz del Grupo Municipal Socialista, cargó contra la política de “pan e circo” del alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, que está “a repercutir no maior desmantelamento social e económico do Concello de toda a súa historia”. La socialista criticó del regidor el “desorbitado uso electoral de fondos públicos”.
“A medida que se incrementa o gasto en orquestras e asesores”, continuó aseverando González, “redúcense as axudas sociais, recórtanse servizos de conciliación, precarízanse cada día máis os aqueles de carácter esencial, péchanse dotacións municipais e crece a hipoteca do Concello mentres a cidade languidece”.
