Veinticinco familias del Casco Histórico llevan al Concello de Ourense al Juzgado por el ruido

Fiesta de Entroido en el Casco Histórico de Ourense
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Un total de 25 familias de Ourense pidieron medidas cautelares para suspender conciertos del Entroido y ahora esperan una resolución judicial

El vecindario del casco histórico de Ourense judicializa las orquestas y djs en la zona antigua y tras pedir medidas cautelares llevará al Juzgado al Concello para pedir el fin de los conciertos. Un total de 25 familias del Casco Vello se han unido ante los índices de ruidos provocados en las últimas fiestas de Entroido y otras celebraciones con la intención de acabar para siempre con orquestas y djs en la zona histórica. “Pese a las continuas denuncias del vecindario por las programaciones musicales en horario nocturno en la zona monumental, el gobierno municipal sigue organizando conciertos a lo largo del año sin atender las peticiones de los residentes”, lamentaron desde Fegacústica, la organización gallega que aglutina a asociaciones de vecinos contra el ruido, entre ellas O Cimborrio de Ourense. 

Conocedores de que la contaminación acústica es el segundo factor ambiental más perjudicial para la salud tras la mala calidad del aire, los residentes han mostrado su “preocupación por el impacto que tendrá una nueva exposición a límites acústicos descontrolados en horarios nocturnos” en siguientes fiestas del consistorio. 

La programación de varios conciertos simultáneos durante el Entroido en el centro histórico separados entre ellos a escasos 150 metros (“con el mismo sonido del concierto de Queen en Wembley”) movilizó a estas 25 familias que, de forma colectiva, presentaron una demanda en el juzgado solicitando “medidas cautelarísimas” para evitar las actividades musicales después de la medianoche. Además, recuerdan que hay tres residencias de mayores en el entorno de Bispo Cesáreo.

El juzgado citó al Concello apenas unos días antes del inicio del Entroido para abordar esta cuestión y el gobierno local presentó tres medidas, firmadas ese mismo día de la citación, que a su juicio, evitarían las molestias a las familias residentes: pedir a las orquestas y djs limitar a 110 decibelios la emisión acústica, desplegar carpas para mitigar el impacto de las vibraciones y el ruido en las viviendas y que las actividades finalizarían a las 3,00 horas de la madrugada, cosa que se cumplió, ya que fue la hora en que charangas y djs pararon de tocar. El juzgado levantó las medidas cautelares, pero ahora queda pendiente de una resolución judicial sobre si esas medidas fueron efectivas.

Los demandantes niegan con rotundidad que las medidas adoptadas por el Concello durante el Entroido conciliaran en modo alguno el descanso del vecindario impactando “gravemente” sobre su salud -un técnico del Concello estuvo midiendo los ruidos esa noche-. “110dBA es inaceptable en horario nocturno en una zona que además goza de protección medioambiental”, apuntaron en O Cimborrio, indicando que las carpas “obedecían más a una previsión de lluvias” que a mitigar el ruido. 

Por ello, reclaman al juez “que este tipo de actividades se trasladen lejos de las zonas residenciales”. También recuerdan que “el Entroido no es esto”, en referencia a la presencia de orquestas. 

Pendientes de la Justicia

El fallo judicial sobre este caso es esperado con interés por el vecindario para que definitivamente se ponga fin a años soportando niveles de ruido “inadmisibles” que atentan, según ellos, “contra derechos fundamentales básicos, como el derecho a la libertad, a la intimidad familiar y a la inviolabilidad de sus domicilios e incluso a la integridad física, razones por la que deben abandonar sus viviendas”.

Los conciertos y djs estuvieron a punto de caer

El letrado de las 25 familias denunciantes solicitó al juzgado medidas cautelares urgentes o cautelarísimas para suspender los conciertos del recién finalizado Entroido. El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Ourense suspendió la celebración el 5 de febrero de forma cautelar, dando tres días al Concello para justificar las medidas que hubieran tomado para respetar el nivel máximo de decibelios

El día 7 de febrero se celebró la vista en la que el Concello, a través de Artes e Festexos, presentó un decreto firmado ese mismo día por el que suspendía temporalmente los objetivos de calidad acústica de la ordenanza municipal de ruidos para justificar la celebración. Además, presentó como alegaciones la instalación de carpas y una limitación horaria de las actuaciones hasta las tres de la mañana. Además, se presentó un informe del nuevo director de Inteligencia Artificial, Juan Carlos Fernández Fasero, valorando el impacto acústico y que fue el encargado de ejercer como perito ante el juez. 

El juez valoró las alegaciones, presentadas, dijo, “tarde y mal”, y levantó las medidas cautelares. Afeó, eso sí, la actitud del Concello, pues sostiene que es “difícilmente entendible y justificable la tardanza en el dictado del decreto, dado que no estamos ante una celebración sobrevenida o sorpresiva”. En todo caso, el magistrado emplaza a  a otro procedimiento en que se pueda realizar una “hipotética petición de responsabilidad patrimonial” contra el Concello.

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