El mercado laboral, tanto en la provincia como en el resto del globo, seguirá con su cambio constante, favoreciendo la irrupción de nuevas ocupaciones y el declive de otras que se creían imprescindibles. El largo plazo ofrece muchos interrogantes, y la decana del Colegio de Economistas de Ourense, Carmen Sampayo, recuerda que “cerca dun 14 % da forza laboral mundial deberá reorientar a súa ocupación a causa da automatización e robotización, da dixitalización e da intelixencia artificial, o que implica unha reorientación das habilidades básicas”.
Las competencias digitales se antojan fundamentales en cualquier profesión, y no solo en aquellas inminentemente tecnológicas. Profesiones como el comercio ya requieren un cierto nivel de digitalización, asociado al crecimiento de las ventas por internet. Lo mismo ocurre con la hostelería, donde no dejan de ganar cuota de mercado los pedidos a través de aplicaciones móviles. Lo que parece claro es que “todas as profesión e actividades relacionadas coa intelexencia artificial e cos datos serán moi demandadas”.
La provincia también parece abocada a un peso creciente de la llamada “silver economy”, aquella vinculada con el cuidado de la tercera edad. “O envellecemento da poboación favorecerá os servizos relacionados tanto co coidado dos maiores como o ocio dos mesmos”, agrega Sampayo.
También tomará fuerza en el futuro todo lo vinculado con el cambio climático y sus consecuencias, y términos como eficiencia energética se antojan indispensables para el trabajo del futuro. “Economía circular e xestión de residuos serán sectores en alza”, destacó la decana de los economistas ourensanos.
Con todo, los cambios en la estructura del mercado laboral pueden venir acompañados de una contracción, por lo que la competencia será más intensa. “O incremento da productividade provocada por estos cambios conlevará, previsiblemente, unha diminución da oferta de postos de traballo dispoñibles, polo que será necesaria unha cualificación máis elevada”, concluye.
