ARTE

"Es difícil ser libre hoy en día, nos están dominando"

La escultora Soledad Penalta (JOSÉ PAZ).
photo_camera La escultora Soledad Penalta (JOSÉ PAZ).

La escultora Soledad Penalta presenta su exposición "Utopía ou distopía" en la sala Alterarte

La artista Soledad Penalta (Noia, 1943) empezó a dedicarse a la escultura en la década de los 70. Desde sus inicios ha trabajado con cerámica, piedra, hierro, aluminio y acero, en una evolución creativa que la ha llevado hasta el punto actual, "más conceptual", tal y como explica. La sala Alterarte del Campus de Ourense acoge, desde ayer y hasta el próximo 12 de abril, su muestra "Utopía ou distopía", una invitación a a la reflexión. La exposición contó con el comisariado de Xabier Limia de Gardón, quien agradeció a Penalta su sensibilidad artística durante la inauguración.

¿De dónde nace la idea de la exposición? 

Cuando me ofrecieron esta sala la vi muy cerrada y preciosa y me dije "aquí tengo que hacer algo". Como acababa de leer de segundas nupcias Huxley, y como hay este movimiento que vemos todos de distopías bestiales, fui a ello. Es un tema complicado, era consciente de ello, porque es filosófico, político y social. 

Tuvo que acotarse. 

Sí, me centré en Huxley porque pensé que iba a funcionar bien con él. Este hombre escribió que los bebés están en probetas, y allí los manipulan genéticamente. Si el poder necesita arquitectos, manipulan los genes que les van a dar la posibilidad de hacer arquitectura, y así con todo. Salen individuos no libres, sino dirigidos, que no pueden tomar decisiones. Así crea cinco castas. Y eso fue lo que hice aquí. 

¿Cómo fue el trabajo con el comisario?

Bien, es la primera vez que trabajo con Xabier. Yo expuse en el Marcos Valcárcel y a partir de eso lo conocí, nos vimos un par de veces. Hace un año me llamó y me propuso este espacio y nada, yo vi la sala y empecé a pensar en qué quería hacer hasta dar con esta idea. 

¿Qué se encuentra el visitante?

Aquí están los perfiles que suponen el vaciado del individuo y, en reservorio, la memoria, el conocimiento humano que ellos van a utilizar para la tecnología. Esta es la base de la exposición, la distopía. También represento al individuo completo, que está luchando por no estar en el otro lado. Por eso está separado, porque se sujeta y dice "no". 

¿A qué dice no?

La tecnología es maravillosa, la biológica, por ejemplo, en cáncer o VIH. Te cambian un gen y no tienes cáncer, aunque eso también tiene un lado negativo, va a provocar eternidad, eso tampoco es posible éticamente. La parte ética tiene que interrumpir estas cosas, como la clonación de individuos. 

Una de las piezas reza "Soñemos un poco..."

El individuo debe soñar e intantar ser libre. Nos están dominando por todas las esquinas. Con un móvil saben de ti, lo de Orwell, lo de Fahrenheit, las cámaras... Qué difícil es ser un individuo, pero hay que luchar. 

 Deja espacio a la libre interpretación. 

Al que venga algo le dirá, entre lo que vea, lo que lea y el título, algo le dirá. Es libre interpretación total, lo que digo yo no tiene nada que ver con lo que tú pienses. Eso es la creatividad, soltar la chispa y empezar las luces para que nazcan nuevas obras. Más gente trabajará esta idea y la desarrollará de una forma totalmente diferente. 

¿Ha ido conceptualizando su trabajo con los años?

Sí, no sabes ni por qué lo haces, pero estás trabajando y no necesitas tantas cosas para decir lo que quieres decir. Es un funcionamiento de limpieza, lo llamo yo. Como si estuvieses tallando, vas quedándote solo con lo básico. Llevo sobre 5 años trabajando en lo conceptual, aunque nunca fue realista mi trabajo. Creo que le pasa a todos los artistas, es un proceso.

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