EMPLEO

Los espacios de coworking, la nueva filosofía de trabajo

OURENSE. 22.07.2016 MAGMA ESPACIO DE COWORKING.  FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera El área de trabajo de Magma Espacio, donde los coworkers comparten un espacio común.

Esta fórmula en crecimiento se presenta como una opción para los autónomos que comienzan

Un espacio dinámico en el que empresas de diferente o similar sector trabajan mano a mano, se aconsejan y se acompañan. El coworking es una palabra novedosa para describir  una forma de trabajo igualmente rompedora. 

Está de moda y cada vez se crean más iniciativas sobre esta innovadora tendencia laboral. La última de ellas, la llevan a cabo los concellos de Ourense, Celanova o Xinzo, que han creado espacios de coworking donde las empresas de menos de seis meses de vida convivirán y recibirán la monitorización especializada de mentores para sacar adelante sus proyectos. Así, los asistentes contarán con el apoyo, con el espacio y con la falta de preocupaciones que conlleva el tener todos los gastos cubiertos durante el medio año que duran los talleres.

Para Martiño Fortes, uno de los gestores del espacio de coworking Magma Espacio, el problema es que es "una palabra relativamente nueva, muy de moda y no del todo definida". Explicó que mucha gente traduce el concepto literalmente del inglés como "cotrabajo", pero para él es algo más, es "un espacio diáfano" que comparten varias empresas, donde pueden surgir sinergias y tienes los compañeros que no tendrías, en muchos casos, de ser autónomo. Y es que la soledad desaparece, "trabajar a veces en pijama, no tener horarios, esas cosas las sufren más los autónomos, que a veces entran en depresiones", explicó Fortes.

"Son momentos complicados y si estás rodeado de gente es más fácil". Esta afirmación del gestor de Magma Espacio, la repiten uno tras otro todos los usuarios de estos espacios. 
Juan Cidre, que participa en el espacio de Fortes desde hace un año, explicó que para él cotrabajo es algo ambiguo, una filosofía de vida, algo que "hay que vivir". "Se gana espíritu de compañerismo, sin selo tes os teus propios compañeiros d  e empresa, un benestar increible, apetéceche moito ir a traballar porque o fas nun ambiente moi distendido e relaxado, non é a misma tensión que nunha oficina cerrada e a capacidade de desconexión é moi grande porque no momento que paras a tomar café ninguén vai falar de traballo porque ningún é do teu", explicó Cidre. Este usuario también resalta las sinergias que se crean y el ambiente creativo que hace estar inquieto y ser más productivo.

Esta filosofía la aplican en su máxima extensión Edo y María, que hace dos años y medio restauraron unas casas viejas en Senderiz, una aldea de 20 habitantes, en donde abrieron Sende. Allí han recibido a más de 700 personas de 43 países, entre los que hay artistas, emprendedores o educadores que organizan los seminarios formativos en cooperación con Sende. Con ellos, el coworking va más allá, le añaden a esta idea un valor más, el de la convivencia en un espacio rural. Quizá sea el siguiente paso de la tendencia.

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