PASÓ LO QUE PASÓ

Te esperaremos, Jennifer López

Donald Trump aconseja inyectarse desinfectante, un vicepresidente reclama la fama de Bob Esponja, muere el líder de Les Luthiers. Jennifer López era nuestra salvación pero Jácome aplaza el éxtasis.

Se murió hace unos días Marcos Mundstock, uno de los fundadores del grupo argentino Les Luthiers, a los 77 años. Se apagó su voz cavernosa y profunda, su carcajada cínica. Se fue y se llevó toda su inteligencia, maldita sea. Se marchó con traje negro y pajarita, elegante de pies a cabeza. Se llevó también su carpeta roja de la que iba sacando pequeños episodios biográficos de Johann Sebastian Mastropiero, un ser onírico, quizá músico, quizá impostor, nunca compositor: de orígenes familiares difusos, sobre su nacionalidad hay muchas teorías, pero la más creíble es que puede ser de cualquier lugar o de ninguno. "Mastropiero carecía de talento musical, por no hablar de sus deleznables cualidades morales", se justificaba Marcos en una entrevista para explicar la dependencia que el grupo teatral tenía del personaje central de sus humoradas. Por el mundo proliferan Mastropieros, alguno aquí en Ourense. Hay quien ve similitudes con el alcalde Jácome, puede ser. Tal vez por lo irreal de su conducta, su volubilidad ideológica, su aversión a la lógica. El regidor tuvo una semana llena de audiencias papales, dando bendiciones y poniendo el anillo a besar.

"Comprometeuse cos constructores" en no se sabe muy bien qué y "escoitou as reivindicacións dos hosteleiros", entre otros entretenimientos de su agenda semanal. Explicó el lunes que "o Concello deseña unha programación cultural de verán que aposta polos espectáculos itinerantes de artes escénicas e musicais na rúa" y el jueves reculó avanzando que "o Concello cancela todas as actividades culturais e eventos deportivos para un público masivo até as festas do San Martiño". Decía (otra vez) Marcos Mundstock: "Si no puedes convencerlos, confúndelos". Profetizó el alcalde que este año no actuaría en Ourense Jennifer López por culpa del coronavirus, como si alguien le creyese cuando mencionó su contratación. Dijo que el caché de la artista era cosa de la Xunta pero allí replicaron que no tenían ni idea de la nueva alcaldada. En cualquier caso, como aconsejaba el líder de Les Luthiers, Jácome sabe que "errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía". Quizá alguna vez la primera autoridad local se reconozca en otra de las lapidarias frases de Mundstock (ya por último): "No soy un completo inútil, sirvo para algo, al menos sirvo de mal ejemplo".  

Batallitas de dibujos animados

Pablo Iglesias pidió perdón a los niños por la errática comunicación a la hora de decidir las condiciones en las que pueden salir ya de casa. Lo hizo desde el atril de La Moncloa, un mueble contaminado por tantas chuscas intervenciones gubernamentales. Lo hizo creyendo tener ante los chavales la capacidad de atracción de Bob Esponja. Pero el vicepresidente del Gobierno, que es de la generación de Barrio Sésamo, se dirigía a los niños pero hablándoles a los padres, que son los que votan. Discurseando a la población infantil lo hacía, sobre todo, enviando recados a sus socios del PSOE, como demostrándoles que él es el campeón de la empatía frente a la impostura del discurso engolado de Sánchez. Se muestra capaz de asumir errores, de pedir disculpas, de asumir que algunas cosas no están yendo bien en esta crisis de los miles de muertos y de la infalibilidad gubernativa. Esta terrible crisis se mide en muchos frentes, uno de ellos es el de la lucha interna en el Gobierno, que es la menos oportuna. Y para librar tal batalla vale cualquier arma, también ganarse la simpatía de los niños, que pronto podrán ver las ruedas de prensa del Gobierno en la tele antes y después de Bob Esponja. Esperemos que no por decreto.

El desconfinador y el desescalador

Palabras impensables por impronunciables empujan en los textos periodísticos y los discursos públicos. No hay conversación o noticia sin su desescalado o su desconfinamiento. Las prisas por salir hacen que las digamos aunque sea tartamudeando. La vuelta a la normalidad parece tocarse con la punta de los dedos, la sociedad lo pide, los gobiernos autonómicos lo aconsejan. Sin embargo el ministro de Sanidad, el señor Illa, recuerda que la competencia para ordenar el regreso a la vida es suya. Esperemos en esta ocasión una gestión mejor que la pésima forma en la que compró y distribuyó el material sanitario.   

Lejía, milenarismo y el botón nuclear

Solo faltaba Donald Trump para aconsejar inyectarse desinfectante como remedio para acabar con el coronavirus. A ver si manda un video probando su propia medicina. Vivimos tiempos en los que nos persiguen videos como los de Fernando Arrabal hablando, borracho, sobre milenarismo o del alcalde diciendo que estaría apretando el botón nuclear todo el día. "Bueno, no estamos en el fin del mundo pero desde aquí se ve", como ya se pronosticaba en la película Thelma y Louise.

No, esto no nos había pasado nunca
OURENSE (RÚA CONCORDIA). 22/04/2020. OURENSE. Las mascarillas quirúrgicas para protegerse del coronavirus ya tienen un precio controlado por el gobierno pero siguen siendo un artículo difícil de conseguir en las farmacias o tiendas especializadas. FOTO: ÓSCAR PINAL
"Fiche hambre", le dijo José Mercé al Florentino Pérez de la primera vez, aquel dueño del corral de los galácticos. El cantaor, confeso madridista, reprochaba al presidente su querencia por guapitos que le ayudasen a vender camisetas y, de paso, ganar algún torneo. El hambre aguza el ingenio, afina la nariz, estimula todos los demás sentidos. Dice la publicidad de este local que "esto no nos había pasado nunca". Vale como válgame dios, a ver si para algo más que para soltar frases campanudas, por ejemplo para aprender, emprender, comprender, empujar y cooperar.


EL PORTAFOTOS

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Si no ingresamos por causa del virus lo haremos por graves carencias en la dieta. Esta pandemia nos deja ayunos diversos, despierta los instintos de los cocinillas que agotan la levadura en el supermercado para hacer pan confinado, que no es lo mismo que confitado. Pero por el camino se han quedado esencias que no debieran. Esta forzada reclusión nos deja sin pulpo hasta en la esquina de la calle cualquier domingo o festivo. ¿Qué decreto es este de Sánchez que no considera alimento imprescindible la ingesta del cefalópodo? ¿Qué clase de anestesia se ha distribuido para que en Carballiño, capital mundial del pulpo, no se haya montado la mundial? ¿Qué clase de protocolo sanitario es este que no incluye el producto entre los de venta esencial? ¿Qué secuelas quedarán en nuestro organismo por no haber ingerido un alimento que aporta vitaminas, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, cobre, manganeso y selenio? Las pulpeiras se han quejado estos días en La Región de que su actividad no debiera estar confinada. Ya verán cuando se enteren todos, incluido Sánchez, de que tomar pulpo (al parecer) es fundamental para el desarrollo y crecimiento de los órganos sexuales. A no ser que el Presidente vaya sobrado.

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