En lo que fue su primer acto conjunto, los presidentes de las cinco denominaciones de origen gallegas mostraron se rechazo a la reforma de la OCM del vino, reivindicando el papel de los consellos reguladores como los garantes de los vinos de calidad.
Aprovechando el encuentro de la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, con sus homónimos de Italia y Portugal, los presidentes de los cinco consellos reguladores vitivinícolas de Galicia (Rías Baixas, Ribeiro, Ribeira Sacra, Monterrei y Valdeorras) ofrecieron ayer en Ourense el que fue su primer acto conjunto para mostrar su oposición a la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del vino planteada por la Comisión Europea. Reivindican el papel de los consellos reguladores como os únicos representantes lexítimos para falar dos viños de calidade pues entienden que esta propuesta ataca las bases fundamentales de los sistemas europeos de denominaciones de origen que vertebran la producción de vinos de calidad poniendo en peligro, además, la estructura socio-económica de estas regiones.
Los presidentes de los consellos se mostraron especialmente críticos con la propuesta de liberalización de plantaciones por entender que, de aprobarse, conducirá a la destrucción do tecido productivo das D.O. galegas, lo que, a su entender, sería una castástrofe económica pues, afectaría a 18.000 viticultores y a 475 bodegas, que en 2007 registraron casi 42.000.000 kilos. También mostraron su oposición a la liberalización de las normas del etiquetado porque permitirá que viños cuns controis de calidade e unhas esixencias moi inferiores se aproveiten do prestixio das denominacións. Lamentan que la reforma se haga para favorecer a las multinacionales del vino onde só importa o balance de contas final. La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, se refirió a este rechazo tras la reunión que mantuvo con sus homólogos portugués e italiano en el Parador de Santo Estevo, pidiendo tranquilidad a los consellos reguladores. Espinosa se mostró sorprendidas por las críticas hacia la liberalización, porque ya la normativa vigente la establece para 2010, si bien la reforma que se está realizando permitirá ampliar el plazo, lo cual es beneficioso, no perjudicial, según manifestó la titular de Agricultura.
Elena Espinosa explicó que España, Italia, Portugal y Francia están defendiendo ante la Comisión Europea que las denominaciones de origen puedan gestionar su potencial productivo, lo que supone blindarlas ante la liberalización. La ministra expresó que su apoyo para que, al final de la negociación de la reforma de la OCM, las plantaciones amparadas en las denominaciones puedan verse protegidas. Concluyó señalando que los acuerdos ya alcanzados son más positivos que los iniciales y que espera mejorarlos más aún.
Los presidentes de los consellos se mostraron especialmente críticos con la propuesta de liberalización de plantaciones por entender que, de aprobarse, conducirá a la destrucción do tecido productivo das D.O. galegas, lo que, a su entender, sería una castástrofe económica pues, afectaría a 18.000 viticultores y a 475 bodegas, que en 2007 registraron casi 42.000.000 kilos. También mostraron su oposición a la liberalización de las normas del etiquetado porque permitirá que viños cuns controis de calidade e unhas esixencias moi inferiores se aproveiten do prestixio das denominacións. Lamentan que la reforma se haga para favorecer a las multinacionales del vino onde só importa o balance de contas final. La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, se refirió a este rechazo tras la reunión que mantuvo con sus homólogos portugués e italiano en el Parador de Santo Estevo, pidiendo tranquilidad a los consellos reguladores. Espinosa se mostró sorprendidas por las críticas hacia la liberalización, porque ya la normativa vigente la establece para 2010, si bien la reforma que se está realizando permitirá ampliar el plazo, lo cual es beneficioso, no perjudicial, según manifestó la titular de Agricultura.
Elena Espinosa explicó que España, Italia, Portugal y Francia están defendiendo ante la Comisión Europea que las denominaciones de origen puedan gestionar su potencial productivo, lo que supone blindarlas ante la liberalización. La ministra expresó que su apoyo para que, al final de la negociación de la reforma de la OCM, las plantaciones amparadas en las denominaciones puedan verse protegidas. Concluyó señalando que los acuerdos ya alcanzados son más positivos que los iniciales y que espera mejorarlos más aún.
