Un exsocio de la grúa en Lugo, la otra clave que encauzó el caso

Si el hombre clave de la Operación Pokemon es Javier Reguera, hay otra persona, José Luis Alvarez, ahora exsocio de la firma de la grúa en Lugo, cuyo testimonio encauzó el caso de esta operación policial y judicial.
Alvarez fue cofundador de Cechalva en Oviedo, junto con Jorge Pío Cecchini, pero las cosas empezaron a torcerse cuando dos personas cercanas a Reguera comenzaron a tomar el control y a gestionar la empresa a su modo, tras hacerse con la concesión del servicio de la gúa en Lugo. Harto de las artimañas de sus socios, según sus propias manifestaciones, su paciencia se agotó en el momento en que había que aprobar las cuentas de 2009, donde figuraba su consentimiento sin que él lo hubiese dado. El Juzgado de lo Mercantil le dio la razón y anuló aquella junta, aunque volvieron a aprobarse las cuentas como estaban. Este asturiano sitúa los primeros problemas con la entrada de esas personas, Demetrio Arias y Manuel Santiso, puesto que, dijo, la empresade la grúa funcionaba 'con una caja B'.

Después supo que la jueza Pilar de Lara investigaba, dentro de la Operación Carioca, a Javier Reguera, el funcionario considerado como intermediario en todo este entramado entre el grupo Vendex y los cargos públicos, y a Manuel Santiso, así como los contratos de éstos con el exconcejal y expresidente de la Confederación Hidrogáfica del Miño-Sil, Francisco Fernández-Liñares. Acudió voluntariamente a la jueza para declarar.

Ella, por fin, había conseguido el hilo para hilvanar sus sospechas. Su testimonio, el de Alvarez, pasó a ser secreto del sumario, y así sigue: 'De lo demás, no puedo hablar', zanjaba ayer, feliz por no haberse convertido en un Pokemon más de esta Operación.

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