Fabio Álvarez: Mis navidades fuera de Galicia

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photo_camera Fabio Álvarez

Desde Nueva York, el pianista sienta la morriña por su tierra

A finales de noviembre ya comienzas a sentirlo: parece que Nueva York haya caído presa de un hechizo. El frío se cuela por cada calle y avenida, y aquí y allá aparecen puestos donde calentar el ánimo y las manos, los escaparates dejan atrás Halloween y Acción de Gracias y se visten con postales invernales, los mercadillos toman las plazas, los patinadores estrenan las pistas de hielo, incontables luces y la nieve empieza a caer.


   Para los estadounidenses la Navidad es una fecha importante, y se ve en el entusiasmo con el que decoran sus casas. En Nueva York cada año hay un árbol de Navidad gigante en Rockefeller Center, los escaparates de las tiendas de Fifth Avenue están preciosos, el espectáculo Radio City Christmas Spectacular protagonizado por The Rockettes, los mercados navideños de Bryant Park y el de Union Square, cada tienda, cada rincón y cada calle, están iluminados cada cual de una manera más original.


Son mis segundas Navidades fuera de Galicia e intento empezar mis propias tradiciones como ir a dar un largo paseo por Central Park y Times Square con la primera nevada del año. Otra tradición es la de dar un recital de piano para alguna fundación de carácter benéfico. Este año ha sido la Antigua & Barbuda Progressive Society en la que para entrar al concierto debías depositar un regalo bajo el árbol de Navidad para niños en situaciones difíciles.


   Tanto Nochebuena como fin de año los paso trabajando debido al puesto de Musical Director en una iglesia en Harlem.
En Nochebuena toco en el servicio de Candlelight (Luz de vela). Se le entrega una vela a cada persona y a la luz de las velas la congregación canta himnos y villancicos mientras les acompaño al órgano. La cena de  Navidad siempre es con los “desafortunados” amigos que por motivos de trabajo tampoco pueden volver a casa.


En Fin de Año tengo otra tradición. Debido a la diferencia horaria, a las 6 de la tarde de Nueva York, son las 12 de la noche en Galicia. Compro uvas, Estrella Galicia y veo las campanas a través de internet. Después hablo con mi familia y amigos para desearles feliz año y me voy a trabajar. El año nuevo neoyorkino lo paso literalmente trabajando ya que la tradición es que justo a las 12 de la noche el organista empieza a tocar anunciando la entrada del nuevo año.

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