Federico Martinón: “Los mitos sobre vacunas persisten desde hace años”

En pleno auge del uso de la inteligencia artificial, el pediatra, investigador y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Federico Martinón (Ourense, 1971), quiso conocer la fiabilidad real de una de las herramientas online más utilizadas, el chatGPT. Junto con Antonio Salas, profesor de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), presentó recientemente un análisis centrado en la relación entre chatGPT y las vacunas covid. ¿Cómo surge la idea de realizar este estudio? No es la primera vez que hacemos estudios tratando de comprobar la fiabilidad de la información que los diferentes motores de búsqueda de la web pueden aportar sobre las vacunas. Hace años estudiamos el papel del doctor Google en la vacuna del virus del papiloma humano, entonces pudimos comprobar que no era fiable, la mayoría de las contestaciones que teníamos eran erróneas o contrarias a la evidencia científica. ¿Y en este caso? En este caso, las respuestas que ofrece chatGPT son, en su mayoría, acordes a la evidencia científica. En ningún caso daban respuestas aberrantes o contrarias a la lógica o a la base científica que debería soportar esas respuestas. Obviamente, eso no quiere decir que esta herramienta sustituya a los expertos, pero las contestaciones sí van en la línea de la evidencia y desmienten los mitos que circulan en las redes sociales. Tiene limitaciones… Claro, sabemos que a base de torturar al sistema, de insistir y tergiversar cómo haces las preguntas, puede alinearse con teorías que no nacen de la evidencia científica. Pero la respuesta natural que ofrece es correcta. ¿En qué sentido puede ser útil? Entendemos que es útil porque todos buscamos información y acudimos a lo que tenemos más a mano, como los motores de búsqueda o las redes sociales. Por eso, lo que vemos es que chatGPT se está imponiendo como una herramienta diaria, y parece más robusta y fiable que otras. ¿Cuál fue el método de trabajo? En el centro colaborador de la OMS en Seguridad Vacunal de Santiago (Martinón es el coordinador) trabajamos en la elaboración de un sistema de educación y formación, donde respondíamos con diferentes formatos de difusión a las preguntas más frecuentes en relación con las vacunas covid. Esto que se recogió, disponible en una página web, tuvo muchísimo uso durante la pandemia. Decidimos probar cómo respondería el chatGPT a esas preguntas ya contestadas con evidencia científica. Las respuestas que daba las comprobaron tres expertos independientes. ¿La inteligencia artificial es una fuente fiable en todos los casos? No, la inteligencia artificial en su conjunto se nutre de bases de datos y evidencias disponibles. Pero surgen problemas, como la actualización de las bases de datos que utilizan. Dependiendo de la versión de chatGPT, usa unas fuentes u otras. Nosotros el trabajo lo hicimos con el básico, el público, y obtuvimos resultados positivos. A priori es fiable, pero como dije antes, según cómo lo interrogues puedes llegar a desalinearlo con la evidencia científica. ¿Qué tipo de usuario podría usar chatGPT para decidir si se va a vacunar? Cualquiera. Los millones de usuarios que cada día utilizan inteligencia artificial no dejan de crecer. ¿Cuáles son las dudas más frecuentes? Si tenemos que pensar en una única duda genérica relacionada con las vacunas el principal miedo es la seguridad, los problemas que se pueden producir. Luego hay otras dudas y miedos que pueden ser temporales por modas, bulos, rumores. Pero el denominador común es el miedo. ¿Los bulos tienen fuerza? Sí, hay mitos sin ninguna base racional que todavía persisten. Uno de ellos está derivado de un trabajo falso sobre la relación entre vacunas y autismo. Se comprobó que era falso, un tinglado económico, hay evidencias científicas claras en contra, pero a pesar de eso, 20 años después, el mito sigue presente en las redes sociales. ¿Cuáles son los mitos que más le preocupan? Los que están por venir cada vez que producimos una nueva vacuna. Frente a los avances siempre hay gente reaccionaria, escéptica. Pero lo importante es que, pese a las dudas, nos vacunemos. Por eso es importante acudir a herramientas de información fiables, o a nuestro médico o pediatra.