El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, volvió ayer a Ourense para presentar el llamado Hospital 2050, una ampliación del actual Complexo Hospitalario para ser convertido en un centro pionero donde se anuncia que imperarán las nuevas tecnologías y la robótica.
Feijóo convocó en Expourense a un auditorio de trabajadores del sector, pero sobre todo militantes y cargos afines, para presentar otra vez la iniciativa, sólo días después de haber adjudicado a la unión temporal de empresas Aidhos Arquitect-Goc una 'reprogramación funcional' que simplemente revisará la fase uno, que ya está construida, de la ampliación hospitalaria. Antes de comparecer, el presidente tuvo que escuchar los abucheos y protestas de un grupo de miembros de SOS Servizos Públicos, otro de Estudantes sen Futuro y algunos del movimiento 15-M, que criticaron los recortes en sanidad y educación pese a los intentos de la policía y los escoltas por alejarlos.
Ya dentro del recinto, arrancó la presentación con la conselleira Rocío Mosquera; las secretarias de Estado Pilar Farjas y Carmen Bela; Jorge Pinto, representante de la Comisión Europea, y el arquitecto Alfonso Casares, a cuya empresa se adjudicó la reciente 'reprogramación', la misma a la que el Gobierno bipartito encargó la revisión del Plan Director y redacción del anteproyecto del CHUO hasta su terminación, en base a un plan funcional aprobado un año antes y que establecía ratios de camas, espacios, consultas y otros detalles.
Feijóo se desplazó a Ourense para mostrar una maqueta del hospital del futuro, que tendrá un coste final de 135 millones de euros, pero al que sólo aportará este año 640.000, lo que costará esa 'reprogramación funcional, plan director H2050 e redacción do proxecto básico e de execución da fase I do CHOU no marco dos proxectos Innova Saúde e Hospital 2050'. El largo título es, sin embargo, muy sencillo: se trata de dilatar en el tiempo la ampliación real del Complexo, porque no es más que una revisión para ajustar lo ya construido para dar cabida a la nueva tecnología que se implantará, y esa fase I que debería ejecutarse -el edificio quirúrgico y la ampliación de la vieja Residencia, así como los viales de acceso- está ya construida y en uso.
Quedó, pues, sin aclarar con cargo a qué fondos se asumirá la construcción de las siguientes fases: básicamente el nuevo edificio de hospitalización y la nueva área de consultas -que la actual conselleira Mosquera explicó ya en 2010 a los profesionales- porque no hay que olvidar que los fondos comunitarios son para bienes tecnológicos, no 'ladrillo'; es decir, servirán para la introducción de robótica y nueva tecnología pero no se pueden emplear en la construcción de los inmuebles pendientes.
Ya dentro del recinto, arrancó la presentación con la conselleira Rocío Mosquera; las secretarias de Estado Pilar Farjas y Carmen Bela; Jorge Pinto, representante de la Comisión Europea, y el arquitecto Alfonso Casares, a cuya empresa se adjudicó la reciente 'reprogramación', la misma a la que el Gobierno bipartito encargó la revisión del Plan Director y redacción del anteproyecto del CHUO hasta su terminación, en base a un plan funcional aprobado un año antes y que establecía ratios de camas, espacios, consultas y otros detalles.
Feijóo se desplazó a Ourense para mostrar una maqueta del hospital del futuro, que tendrá un coste final de 135 millones de euros, pero al que sólo aportará este año 640.000, lo que costará esa 'reprogramación funcional, plan director H2050 e redacción do proxecto básico e de execución da fase I do CHOU no marco dos proxectos Innova Saúde e Hospital 2050'. El largo título es, sin embargo, muy sencillo: se trata de dilatar en el tiempo la ampliación real del Complexo, porque no es más que una revisión para ajustar lo ya construido para dar cabida a la nueva tecnología que se implantará, y esa fase I que debería ejecutarse -el edificio quirúrgico y la ampliación de la vieja Residencia, así como los viales de acceso- está ya construida y en uso.
Quedó, pues, sin aclarar con cargo a qué fondos se asumirá la construcción de las siguientes fases: básicamente el nuevo edificio de hospitalización y la nueva área de consultas -que la actual conselleira Mosquera explicó ya en 2010 a los profesionales- porque no hay que olvidar que los fondos comunitarios son para bienes tecnológicos, no 'ladrillo'; es decir, servirán para la introducción de robótica y nueva tecnología pero no se pueden emplear en la construcción de los inmuebles pendientes.
