Fernando Castro: “En el coche, llevamos un contador de vidas salvadas”

Fernando Castro Salgado
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Fernando Castro ha querido compartir su testimonio, así fue el accidente de tráfico que le cambió la vida

Fernando Castro Salgado es policía local en Verín, delegado episcopal para la Pastoral de la Carretera y Turismo y huérfano de padre desde los tres años por culpa de un accidente de tráfico. Sucedió el 4 de abril de 1977, cuando Alfonso Castro Meire, edil en el Concello del Támega por la Unión de Centro Democrático (UCD), se dirigía a una reunión de trabajo en la ciudad.

El Renault 12 que conducía, a las ocho de la tarde de un día con mucha lluvia, se salió de la vía a la salida de una curva de As Estivadas (N-525) y chocó contra otro vehículo en el que viajaba un matrimonio, que resultó herido. Murió allí mismo a sus 34 años, casado y con cinco hijos, el más pequeño tenía dos años.

Este hecho traumático marcó la vida de Fernando: “Desde pequeño supe que quería mejorar mi entorno en temas de educación y seguridad vial, para que aquello que me pasó a mí no le suceda a nadie, por eso también soy policía local”.

El verinense siempre estuvo implicado con la parroquia, por eso en el año 2018 el obispo Leonardo Lemos, sabedor de su formación vial, le encomendó poner en marcha la Pastoral de la Carretera. “La Iglesia no podía mirar para otro lado en un problema social que destroza muchísimas familias; esta pastoral tiene 50 años de historia, para concienciar  y que las cifra de accidentes bajen”. 

La educación vial, la herramienta más valiosa para Castro para reducir las víctimas, puede pregonarse “de forma sencilla y humilde” y en la diócesis, a través de los 184 sacerdotes con sus 735 parroquias, además de las jornadas que incluye la programación pastoral. 

“Todos llevamos con nosotros un contador de vidas salvadas con actitudes positivas en la carretera”, destaca. A este activista de la educación vial aún le duele una infancia o adolescencia sin padre, pero se vería reconfortado si ahora, ya adulto, puede ayudar.  “No podemos bajar la guardia porque es algo muy serio”, añade.

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