La capital de O Ribeiro vivió ayer la jornada central de la 'Festa da Istoria', un evento que alcanza ya su vigesimocuarta edición y que cada año, a pesar de la crisis actual, gana adeptos llegados desde diferentes puntos del Estado y de países extranjeros. Así, entre 25.000 y 30.000 personas, según la organización, se dieron cita para disfrutar de un festejo que supone un reencuentro con la historia de hace 10 siglos, cuando en Galicia reinaban Don García y Doña Leonor y habitaban la fortaleza emplazada en la actual calle Progreso de Ribadavia y en la cabecera de su casco histórico.
Los mismos personajes de la realeza que, a lomos de caballos, cerraron el Gran Desfile que, antes del mediodía, abre el programa y que se desarrolló durante una hora entre el pabellón polideportivo y el castillo de los Sarmiento, acompañados por obispos, nobles, notables de la Istoria, frailes de la Santa Inquisición y sus verdugos, arqueros, ballesteros y autoridades de ahora, como el alcalde, Marcos Blanco, y ediles de su Corporación, y el delegado territorial de la Xunta, Rogelio Martínez. 'La pérdida de memoria colectiva es uno de los males de nuestra época', sentención Abraham Hain, el pregonero, que sí recordó su pasado sefardí y la importancia de la villa del Avia como cuna del Centro de Estudios Medievales y cofundadora de los Caminos de Sefarad de España.
En un día caluroso, con alternancia de nubes y sol, los jóvenes volvieron a liderar tanto la norma de acudir con vestimenta de la época medieval como la entrega a la diversión, en algunos casos con excesos en la ingesta de alcohol. Una buena parte de ellos, sobre todo los procedentes de Carballiño, formaron grupos y utilizaron el servicio de taxistas para la ida y la vuelta, y de este modo evitar problemas con los controles que llevaron a cabo los agentes de Tráfico.
Las tres unidades de emergencias ubicadas en las calles Progreso, Salgado Moscoso y Extramuros apenas tuvieron trabajo, salvo una colisión en la que se vieron involucrados dos vehículos en la N-120 a la altura del cruce de A Franqueirán, ya que uno de los conductores fue trasladado en ambulancia al Centro de Salud de la villa. La ausencia de la temida lluvia facilitó el desarrollo del programa previsto por la coordinadora de la 'Festa da Istoria', y en los bancos de intercambio de euros por maravedís se sucedían las colas.
Además del desfile, la comitiva de la Boda Judía y el baile medieval fueron seguidos por una multitud de visitantes, que, por la tarde, pudieron admirar la carrera de 'pipotes', el torneo de caballeros y las exhibiciones de cetrería, esgrima y de tiro con arco y ballesta.
En un día caluroso, con alternancia de nubes y sol, los jóvenes volvieron a liderar tanto la norma de acudir con vestimenta de la época medieval como la entrega a la diversión, en algunos casos con excesos en la ingesta de alcohol. Una buena parte de ellos, sobre todo los procedentes de Carballiño, formaron grupos y utilizaron el servicio de taxistas para la ida y la vuelta, y de este modo evitar problemas con los controles que llevaron a cabo los agentes de Tráfico.
Las tres unidades de emergencias ubicadas en las calles Progreso, Salgado Moscoso y Extramuros apenas tuvieron trabajo, salvo una colisión en la que se vieron involucrados dos vehículos en la N-120 a la altura del cruce de A Franqueirán, ya que uno de los conductores fue trasladado en ambulancia al Centro de Salud de la villa. La ausencia de la temida lluvia facilitó el desarrollo del programa previsto por la coordinadora de la 'Festa da Istoria', y en los bancos de intercambio de euros por maravedís se sucedían las colas.
Además del desfile, la comitiva de la Boda Judía y el baile medieval fueron seguidos por una multitud de visitantes, que, por la tarde, pudieron admirar la carrera de 'pipotes', el torneo de caballeros y las exhibiciones de cetrería, esgrima y de tiro con arco y ballesta.
