El tiempo respetó y los ourensanos se lanzaron a las calles como antaño. La Nochevieja no defraudó. Los ourensanos se agolparon en el entorno de la Alameda y en la Praza de Santa Eufemia, donde había actuaciones musicales, y coparon los pubs hasta casi las siete de la mañana, por la ampliación horaria.
De las fiestas en casas dio fe la Policía Local, que recibió dos llamadas por ruidos en viviendas particulares. También recibió otros cuatro avisos por ruidos en locales. El frenesí de gente se dejó notar sobre todo entre las 00,30 y la 1,30 horas. En el parquin de la Alameda no cabía un alfiler, y otros aparcamientos céntricos empezaban a agotar sus plazas. Las calles se llenaron, sobre todo, de público joven, que mantiene la costumbre de lucir sus mejores galas en la última (o primera) noche del año.
No faltó a la cita el chocolate con churros. Cientos de jóvenes se agolpaban en algunos bares a partir de las siete y media de la mañana para cumplir con la tradición.
Como siempre, no todo fue diversión en una de las noches más multitudinarias del año. Así, la ciudad registró dos peleas, una de ellas en Covadonga y otra en Juan de Anges, en O Couto. Además, hubo una intoxicación etílica en la rúa Pena Corneira y varios atendidos en el CHUO por este motivo. También, como es tradición, tras la fiesta en la zona vieja las calles terminaron la noche llenas de basura y desperdicios. Los servicios de limpieza tuvieron que actuar desde primera hora para adecentar la zona.
Y, fruto de los controles que se instalaron en las principales entradas y salidas de la ciudad, se detectaron en el centro urbano dos positivos en alcohol en la avenida de La Habana. Además, la Guardia Civil instaló controles de alcohol y drogas en las principales entradas y salidas de la urbe. Solo en uno de ellos, se detectaron cinco positivos en una hora.
