Fingieron una amistad para gastarse su dinero en el juego

El pago de 6.000 euros a la víctima, tras un recálculo de la deuda, un día antes del juicio alejó de prisión a Martín B.A. y José Antonio F.J. por un delito de estafa. La fiscal jefa de Ourense, Eva Regueiro, y el abogado de la acusación particular, Arturo González Salve, bajaron las penas inicialmente solicitadas al comienzo del juicio celebrado ayer en la Audiencia provincial por dejar sin un euro la cuenta de ahorro de un joven sordo que acababa de cumplir la mayoría de edad y con una inteligencia límite (tiene reconocido un grado de discapacidad del 65%). Los inculpados engañaron al perjudicado para que les fuese dando dinero con el que apostar y jugar en salones recreativos de la ciudad, según asegura el letrado. Para ello, le tendieron la mano de la amistad. Todos ellos se conocían porque eran vecinos del mismo pueblo, en Luíntra (Nogueira de Ramuín). Los inculpados convencieron al denunciante para que les diese dinero en efectivo o a través de la plataforma electrónica Hall Cash (permite enviar remesas de dinero al móvil a través de SMS) prometiéndole que se lo devolverían. En total, 8.752 euros en un mes (diciembre de 2017), aseguraba el Ministerio Público en su escrito de acusación. La acusación pública aplicó al inicio de la vista dos atenuantes: la reparación del daño ya que Martín pagó 6.000 euros, además de otros 852 euros para hacer frente a las costas del juicio, así como dilaciones indebidas. Según Regueiro, el Juzgado de Instrucción 3 sobrepasó los seis meses que da la Ley de Enjuiciamiento Criminal para una tramitación ordinaria y nadie pidió la declaración de causa compleja (permite ampliar la instrucción). “Se incumplió el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas”, aseguró ante la sala. Las penas bajaron de dos años y medio (dos años y tres meses pedía el Ministerio Fiscal) a seis meses. La magistrada Ana del Carmen Blanco advirtió a los inculpados que, pese a que procede la suspensión, no pueden delinquir en el plazo de dos años. Y hasta les puso un ejemplo: “Una alcoholemia positiva” podría llevarles a prisión porque es un delito a partir de los 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.