JUICIO

La fiscal acusa a un joven de intentar violar a la madre de un amigo

El inculpado había consumido mucha cocaína y alcohol en Fin de Año

El año 2014 para Y.G.G. (31 años) comenzó mal y contra todo pronóstico. Tras las doce campanadas de medianoche, puso el pie en la calle para ir de fiesta, con ruta de alcohol y drogas. Ya con la luz del día, durmió en los calabozos de la Comisaría de Policía y acabó horas después en la cárcel por intentar agredir sexualmente a la madre de un amigo, una mujer a la que conoce “de toda la vida” y que, según sus propias palabras ante el juez instructor, “podría ser mi madre”.

Hasta su detención fue contraria a los cánones: cuando la Policía Local lo encontró deambulando por el barrio de San Francisco iba desnudo de cintura para abajo. Y hasta su explicación del porqué iba con tan poca ropa en una gélida mañana a cero grados fue asombrosa: “Cuando consumo, me encorvo y se me caen los pantalones”.

El joven va a ser juzgado el 10 de julio por la tentativa de agresión sexual del 1 de enero del pasado año, delito por el que el ministerio fiscal reclama dos años de prisión. Está acusado de abalanzarse de forma violenta sobre la madre de su amigo, besarla y tocarla en sus partes íntimas contra su voluntad. La letrada del Sergas también ejerce la acusación para reclamar los 359,79 euros en concepto de gastos médicos de atención a la perjudicada.

El inculpado estaba con sus amigos en un parque público cuando de repente desapareció. Por su cuenta y riesgo, acudió al domicilio de uno de sus amigos de siempre en el barrio de O Couto con la excusa de ir a buscar su Documento Nacional de Identidad. Así consiguió entrar y logró acceder al dormitorio de la denunciante, porque, según la versión de esta última, “cerró la puerta de la casa con llave y la empujó hasta una habitación”. El acusado no sólo, tal como sostiene el fiscal, le tocó los pechos a la mujer, una vez quitados los pantalones y calzoncillos, sino que le ofreció 50 euros por mantener relaciones sexuales con ella.

Los gritos de auxilio de la mujer y la irrupción del hijo en la casa, que logró acceder a la misma a través del balcón, aunque la puerta de la habitación también estaba bloqueada con las escaleras de una litera, consiguieron hacerle huir, sin que le diera tiempo a vestirse.

Y.G.G. niega que intentara agredirla sexualmente. Y esgrime problemas a la hora de tener relaciones cuando consume drogas: un tic que le impide hacer nada.

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