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El fiscal cree que el asesino del CHUO finge en su dolencia

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photo_camera Rodríguez Caneiro, el día en que compareció ante la jueza de instrucción de Xinzo por primera vez.

Reclama la máxima pena por un asesinato intentado y otro consumado, en total 39 años de prisión 

Aniceto Rodríguez Caneiro (78 años), el verinense que asesinó a su esposa en el CHUO el 8 mayo de 2015 tras una tentativa previa un mes antes en la vivienda conyugal de Pazos, será juzgado previsiblemente antes del verano. El fiscal de Violencia de Género, Julián Pardinas, presentó ayer el escrito de calificación, lo que pone en marcha los últimos trámites procesales antes del juicio oral. En total, reclama 39 años de prisión, la máxima pena posible, por los dos delitos de asesinato por los que fue procesado, el primero en grado de tentativa.

La acusación pública añade años a la petición de condena al aplicar la agravante de parentesco, pero le niega cualquier tipo de eximente (la única baza de la defensa para aminorar la pena) a raíz del ictus que sufrió Rodríguez Caneiro tras el apuñalamiento protagonizado en la habitación del hospital donde su esposa se recuperaba. El inculpado, tras desgarrar por dentro a su mujer con un cuchillo de 17 centímetros de hoja, intento quitarse la vida. Pero Pardinas asegura que "dichas lesiones no afectan a su capacidad de comprensión". Más aún , cree que finge: "Pretende presentarse más dañado de lo que realmente está en la actualidad".

La autoría del asesinato quedó acreditada con una nota manuscrita que apareció en el bolsillo de una chaqueta polar a los pies de la cama hospitalaria. En ese escrito (reproducido textualmente) reconoce el crimen, pero justifica su acción como un acto compasivo por las graves lesiones que sufrió Isabel Fuentes en su propia casa a manos de unos supuestos ladrones:"Isabel, cariño, te dieron un golpe muy grande y si tú no fueras me daban a mí también y tú estás muy grave ,cariño, y no puedo verte así; espero que nos incineren a los dos juntos para siempre, y la culpa de todo esto la tuvo El perreras (un vecino del matrimonio) por decir todo al revés, que a mí me lo dijo un guardia civil que declararon a todo al revés y otro más. Así que hago esto por no armar más líos".

El ministerio fiscal, criterio que comparte las demás acusaciones personadas en el caso, atribuye la tentativa de asesinato, en la madrugada del 2 de abril de 2015, al marido de la víctima no a los ladrones que invocó él. Pardinas precisa que intentó matar a su mujer "en pleno uso de sus facultades intelecto volitivas. Según recoge el escrito de acusación, Aniceto Rodríguez aprovechó que su esposa se había quedado dormida en el sofá mientras veía la televisión para "golpearla reiteradamente con un martillo en la cabeza". Una de las heridas incluso le provocó pérdida de masa encefálica.

Maquillaje del escenario

Luego, según relata el fiscal, el inculpado maquilló el escenario para reconvertir el crimen machista en un robo. "En la firme creencia de que había acabado con la vida de su esposa, se dispuso a preparar la vivienda con el fin de aparentar que habían sido víctimas de un robo y así eludir la acción de la justicia, simulando que personas desconocidas habían entrado en el domicilio y habían agredido a Isabel con el fin de robarles", dice.

La representación incluyó la apertura de una ventana de la galería de la parte posterior de la casa, la rotura del cristal de la puerta de acceso de la cocina en donde estaba viendo la televisión la fallecida, además del desorden del interior: maceteros de la galería rotos y cojines por el suelo.

Posteriormente, según el relato del fiscal, fue al baño para lavarse y fue a pedir auxilio al grito de "Perreras ,mataron a Isabel". La Guardia Civil siempre sospechó de esa rocambolesca versión y así se lo comunicó a la jueza, quien no apreció indicios para investigar al marido.

La víctima estuvo en Reanimación del CHUO hasta que el 29 de abril ingresó en planta. Estaba sondada y sin poder comunicarse con el exterior más que con movimientos de cabeza y apretones de manos. Precisamente, cuando ocurrió el asesinato los médicos estaban a punto de retirarle la respiración asistida.

En cuanto a las indemnizaciones, el fiscal sólo pide 6.000 euros para los herederos legales (no hay descendientes en primer grado) y 40.997 para el Sergas por los gastos hospitalarios.

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