El senegalés Salame B. fue juzgado ayer por ejercer de 'mantero' en la céntrica calle Paseo de la ciudad. Pero aunque en su contra tenía hasta seis potentes distribuidoras cinematográficas, entre ellas Lauren Films, Warner, Universal o Disney, acusándolo de un delito contra la propiedad intelectual, contó con el apoyo de la representante del ministerio fiscal, quien reclamó ante la jueza del Penal 1 su absolución al considerar que su conducta podría ser sancionada a nivel administrativo pero no en la jurisdicción penal.
Al inculpado le fueron incautados 286 cedés y 65 deuvedés por parte de la Policía Local en una redada contra la piratería en la calle Paseo el día ocho de octubre de 2007.
La fiscal, en su informe, puso de relieve que el material requisado lo integraban 'burdas imitaciones' respecto a las originales que, según dijo, impedían engañar a nadie.
EL ÚLTIMO ESLABÓN
Para la acusación pública, no toda violación del derecho a la propiedad intelectual es constitutiva de un delito. En ese sentido, aclaró que si bien la venta no autorizada en la calle puede ser objeto de un expediente gubernativo, no así de un reproche penal. Los 'manteros' son el último eslabón de la cadena de ahí que, según la fiscal, no se les pueda atribuir el concepto de distribuidor o almacenador de la mercancía que de otros recibe para la venta al por menor.
'El delito del artículo 270 del Código Penal está pensado en otro tipo de conducta ilícita al por mayor que sí causa perjuicios a las compañías'.
Para el ministerio fiscal, los cedés aprehendidos al sanegalés son imitaciones 'que no pueden engañar a nadie, y no existe perjuicios para las compañías titulares por el mínimo o nulo impacto que pudiera ocasionar la venta de copias cuya falsedad no se oculta'.
Asimismo, resaltó que el acusado actuó de forma aislada sin el apoyo de una organización para la distribución de copias.
La fiscal, en su informe, puso de relieve que el material requisado lo integraban 'burdas imitaciones' respecto a las originales que, según dijo, impedían engañar a nadie.
EL ÚLTIMO ESLABÓN
Para la acusación pública, no toda violación del derecho a la propiedad intelectual es constitutiva de un delito. En ese sentido, aclaró que si bien la venta no autorizada en la calle puede ser objeto de un expediente gubernativo, no así de un reproche penal. Los 'manteros' son el último eslabón de la cadena de ahí que, según la fiscal, no se les pueda atribuir el concepto de distribuidor o almacenador de la mercancía que de otros recibe para la venta al por menor.
'El delito del artículo 270 del Código Penal está pensado en otro tipo de conducta ilícita al por mayor que sí causa perjuicios a las compañías'.
Para el ministerio fiscal, los cedés aprehendidos al sanegalés son imitaciones 'que no pueden engañar a nadie, y no existe perjuicios para las compañías titulares por el mínimo o nulo impacto que pudiera ocasionar la venta de copias cuya falsedad no se oculta'.
Asimismo, resaltó que el acusado actuó de forma aislada sin el apoyo de una organización para la distribución de copias.
