El incendio se produjo a media mañana en la céntrica calle Curros Enríquez de la ciudad

Un fuego iniciado en una habitación calcinó un piso

Los bomberos y la Policía Local se desplazaron al lugar del incendio. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La virulencia de las llamas y su rápida propagación calcinó un piso en la calle Curros Enríquez de la ciudad, a la altura del númerro 43. El fuego no sólo causó daños propios de la combustión sino que también hizo que se viniera abajo el techo de una habitación y un pasillo así como la bovedilla del forjado.
El incendio fue detectado cerca de las doce y media del mediodía en un séptimo piso del inmueble antes reseñado. Hasta el lugar de los hechos, acudieron tres unidades de bomberos, además de la Policía Local y varias ambulancias.

Las llamas comenzaron en una habitación en el momento en el que en la casa estaban dos hijos jóvenes de la propietaria, quienes abandonaron por su propio pie el habitáculo al percatarse del humo. Muchos de los vecinos, abandonaron durante la extinción el edificio por voluntad propia.

El incendio fue sofocado sin ayuda de la autoescalera dado que se trataba de un piso interior. Pese a que los daños ocasionados en el piso donde se originó, el resto de la viviendas no se vieron afectadas, según precisaron los efectivos del parque de bomberos de la ciudad.

No obstante, el oficial del cuerpo tuvo que realizar una inspección del lugar para descartar daños estructurales en el forjado del edificio una vez finalizadas las tareas de extinción a las 13,35 horas.

Uno de los hijos tuvo que se atendido en el CHUO debido al cuadro de ansiedad que sufrió con motivo de este percance.


SALIDAS POR EL VIENTO

Los bomberos también acudieron en la tarde de ayer a retirar una chapa de una chimenea de dos metros cuadrados que amenazaba con venirse abajo en el número 40 de la calle Otero Pedrayo. En la carretera de Barra de Miño, tuvieron que retirar un árbol que cortó el tráfico. En ambos casos, fue provocado por la acción del viento.

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