Las llamas se originaron en un alternador, que quedó carbonizado, provocando una densa humareda

Un fuego obligó a evacuar la central del embalse de Frieira

Dos personas observan las labores de extinción en la central hidroeléctrica. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Un incendio en la central hidroeléctrica del embalse de Frieira, situado en el río Miño a su paso por Padrenda, obligó ayer a parar la producción y evacuar a las siete personas que trabajan en las instalaciones para evitar posibles intoxicaciones por monóxido de carbono, ante la densa humareda que se acumuló en el interior de las instalaciones, que son gestionada Gas Natural-Fenosa.
El fuego se originó pasadas las once de la mañana en un alternador, situado en la sala central, provocando que saltara el sistema de alarma, lo que movilizó a la Guardia Civil, Protección Civil y a los bomberos del parque comarcal de Celanova, cuyos efectivos aún permanecían pasadas las ocho de la tarde en la central enfriando la zona afectada por el fuego y ventilando las distintas dependencias de la central.

Las llamas se declararon posiblemente por un sobrecalentamiento en una de las piezas del alternador, que a esa hora estaba funcionando a pleno rendimiento, según fuentes de la compañía. Los efectivos de extinción, tras evacuar al personal, intentaron sofocar el fuego, pero se encontraron con que la puerta había sido bloqueada por el sistema de seguridad instalado en la presa. Los bomberos sopesaron la idea de forzarla, pero los técnicos de seguridad les recomendaron que no lo hicieran y que esperaran a que ardiera todo el alternador, dado que, según fuentes de Gas Natural-Fenosa, está dotado de un sistema (productos químicos) que impide la propagación del fuego al resto de maquinaria.

Así, bomberos y Guardia Civil establecieron un retén en la zona, que se prolongó hasta pasadas las cinco de la tarde, cuando los efectivos pudieron entrar al interior para enfriar la zona y ventilar las instalaciones, trabajo que se prolongó por espacio de tres horas.

Al lugar también acudieron varios agentes fluviales de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil para cerciorarse de que el fuego no había provocado algún tipo de vertido tóxico que pusiera en peligro la fauna y flora del río. Los técnicos recogieron muestras de agua pero en los primeros análisis no encontraron ningún tipo de material contaminante.

Sobre las nueve de la noche, el personal de la compañía se disponía a sustituir el alternador para retomar la actividad.

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