El centro educativo de As Lagoas celebra estos días la décima edición de su feria científica. Alumnos de todos los cursos presentan ante compañeros y profesores sus experimentos, centrados en ecología, tecnología, medicina o arquitectura, entre otras temáticas
Los pasillos del IES As Lagoas se convierten en los recreos de estos días en un improvisado salón de exposiciones científicas. Más de medio centenar de alumnos de todos los niveles educativos muestran a compañeros y profesores los resultados de sus trabajos de investigación, en el marco de la décima edición de la Semana de la Ciencia. “Este año recuperamos la presencialidad, después de tres años de pandemia”, explica Amparo Outomuro, profesora de Física y Química, el departamento encargado de la actividad.
Los participantes empezaron a idear hace meses sus proyectos, con ayuda de los docentes. “A lo largo del curso piensan lo que quieren hacer y nosotros los orientamos o les aportamos material, pero el trabajo es realmente de ellos”, detalla Outomuro, que resalta la buena respuesta de los alumnos. “Son muchos los que se animan a participar”, asegura. Las temáticas y los enfoques son variados, así como la dificultad. “Los más pequeños, los de primero de la ESO, tienen también propuestas muy interesantes”, apunta la docente.
Los usos del origami
Raquel Freire y Noel Sánchez, alumnos de segundo de Bachillerato, centraron su proyecto en los diversos usos del origami (técnica de plegado de papel). “Llevo cinco años haciendo origami, y pensé que sería interesante”, comenta Freire. “A mí me inició en esto hace dos meses”, apunta Sánchez. Sobre su mesa, muestran numerosas figuras de papel que podrían servir para aislar aviones, construir paneles solares transportables, modular superficies, crear robots o utensilios para cirugías. “Tiene muchísimas aplicaciones muy interesantes”, asegura Freire.
Sus compañeros Héctor Carballude y Ana Clara Llanos, del mismo curso, escogieron la contaminación atmosférica. Su proyecto investiga la calidad del aire a partir de los líquenes de los árboles: “Escogimos dos zonas del Campus, una próxima a la carretera, y otra más lejana. Así comprobamos que en la zona más cercana había menos líquenes, por efecto de la contaminación”, apunta Carballude. Para el trabajo contaron con la colaboración de investigadores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC).
Cinturón para invidentes
El proyecto de Noa Barge y Noa Vila, alumnas de tercero de la ESO, es un cinturón para personas con discapacidad visual. “A medida que te acercas a un objeto, el cinturón vibra de forma diferente para saber a qué distancia estás de un obstáculo”, apunta Vila. “Está formado por un código arduino que le da indicaciones a los objetos del cinturón para hacer una función”, añade Barge.
Jorge Iglesias y Daniel Alvar, estudiantes de primero de la ESO, realizaron un trabajo centrado en la crisis climática. “Llegamos a la conclusión de que se necesita un equilibrio entre las energías renovables y no renovables”, detallan.
