Gastronomía de altura en el Macizo Central

Francisco Martínez pone el punto a la carne en Pazo San Lorenzo.
photo_camera Francisco Martínez pone el punto a la carne en Pazo San Lorenzo.
Una exquisita carne de ternera, embutidos de alta montaña, castañas o miel, regados con un buen mencía, regalan una sinfonía de sabores a quienes eligen la comarca trivesa para comer. Todo ello acompañado del placer del mejor descanso.

La gastronomía con aroma muy montañés es lo que los visitantes se encuentran cuando se sientan a la mesa en el Macizo Central. Carnes de primerísima calidad y vinos de la Ribeira Sacra, subzona del Bibei, son estrellas de la comarca. Además, los derivados del cerdo nunca faltan en una buena mesa, siendo los embutidos de alta montaña su máxima expresión. 

Prueba de todo este conjunto de sabores es el Pazo San Lorenzo, que abría sus puertas como turismo rural hace cerca de una veintena de años, pero que recientemente cuenta con una nueva gerencia. Francisco Martínez apostaba por un restaurante especializado en carnes a la brasa hace un año y desde entonces es un referente en la comarca para poder comer un buen chuletón de vaca o de buey, siempre ofreciendo también un churrasco de primera. “A especialidade que temos é a carne á brasa, onde os comensais poden elexir o seu chuletón aquí no noso restaurante”. En cuanto a los vinos, aunque tiene un par de Riojas en su carta, sugiere caldos Ribeira Sacra para sus menús. Este templo de las carnes a la brasa se encuentra en Trives, en el pequeño pueblo de San Lorenzo. Este lugar con encanto también sirve menú del día, pudiéndose disfrutar de comer al aire libre, en su patio interior, en verano.

Vladimir Bella dirige junto a su pareja María González, el bar Nevada, en Manzaneda. Situado en el centro del pueblo, este local también cambiaba de gerencia en 2020 tras la jubilación de sus anteriores dueños y la decisión de Vladimir de trasladar su vida de Barcelona al pueblo. La joven pareja ha decidido apostar por ampliar su oferta de comidas, con un menú del día de plato único y un sin fin de variedades a la carta en este pequeño bar, sin olvidar la comida tradicional. El churrasco a la brasa, con un primero de langostinos también a la brasa es la especialidad que este joven presenta en su carta, “ideal para degustar y servido en su punto, con los langostinos abriendo la cena”, señala Bella. Pero no solo se basan en este plato, sino que en el propio local, una de sus paredes hace de carta y es ahí en donde se pueden encontrar infinidad de platos que degustar en este local manzanedense. Su comedor se llena el 22 de cada mes cuando los vecinos y visitantes visitan la feria de la villa y no se pierden sus callos. La mayoría de sus platos deben ser por encargo.

Vladimir Bella y María González, en el Bar Nevada.
Vladimir Bella y María González, en el Bar Nevada.

Siempre es un gran acierto descansar en los acogedores hospedajes de la comarca. Prueba de ello es el Pazo da Pena Manzaneda, en Rozavales, que practica turismo rural premium desde 2015. Manuel Rial adquiría el Pazo en el 2007 y en la actualidad el negocio es dirigido por su hija Carla Rial. “Dende o minuto cero fixemos unha reforma integral da casa para que os nosos hóspedes disfruten do rural, do patrimonio e da natureza que nos rodea, sen ter que prescindir dun lugar luxoso, cómodo e con calidez”, algo diferenciador como dice la gerente, subrayando su especial diseño en este alojamiento de lujo rural en la montaña. Cuenta con 15 habitaciones, 7 de ellas en la parte señorial. Cada una con su nombre y su propia personalidad, haciendo que sea un lugar cálido y acogedor. “intentamos facer unha mestura en canto ao seu diseño no interior”, subraya Rial. Visitas guiadas diarias enseñan sus dependencias: “Coñecen o tear, as catacumbas, a palleira, a capela ou a historia da casa” dice Carla Rial.

Una de las habitaciones del Pazo da Pena, en Manzaneda.
Una de las habitaciones del Pazo da Pena, en Manzaneda.

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