La Agencia Tributaria ha ingresado casi 125 millones de euros en Ourense en los dos primeros meses del año, un récord histórico en este periodo, tras haber alcanzado el pasado ejercicio la cifra máxima de recaudación tributaria en la provincia. El impulso de la inflación, especialmente en la recaudación del IVA (Impuesto del Valor Añadido) junto a la mejora de la actividad económica experimentada hasta el estallido de la guerra de Ucrania y también el mayor control para atajar el fraude hacen que el Estado recaude más que nunca.
La fiscalidad estatal ya metió una marcha más el año pasado, en el que se experimentó un alza inflacionaria y logró recaudar 531,6 millones de euros netos -frente a los 467,5 millones de euros de 2020 y los 490,1 de 2019-. Esta cifra supuso un nuevo récord anual de ingresos para Hacienda en la provincia y arrojó una media de gasto tributario de 1.742 euros por ourensano. De usar como “censo tributario” solo a los mayores de 16 años, la cifra media de impuestos por ourensano escalaría a 1.962 euros. Cada día, los ciudadanos y empresas de la provincia entregaron 1,46 millones de euros a las arcas públicas.
El año 2022 ha empezado todavía con mejor inercia para las arcas del Estado. En los dos primeros meses (marzo todavía no ha sido desglosado), los ourensanos han abonado en impuestos 124,9 millones, 21,2 millones más que el año pasado, marcando un máximo histórico. Suponen 461 euros por ciudadano, frente a los 380 de 2021, unos 40 euros más al mes.
Valoración
Según el profesor de Economía del Campus Alberto Vaquero, a partir de marzo va a pesar mucho más el efecto de la inflación. “Por el lado de los impuestos indirectos, especialmente el IVA, el incremento de los precios aumenta la base imponible que se toma como referencia para la determinación de la cuota, por lo tanto la inflación está generando mayor recaudación; por el lado de los impuestos directos, en especial el IRPF, la inflación genera una progresividad en frío al no haber deflactado la tarifa del IRPF”.
Según Vaquero, debería corregirse la tarifa del IRPF por el IPC, “ya que si no se estaría pagando por encima de la capacidad real del contribuyente (se puede tener más renta en términos nominales, pero no en términos reales)”. Por otra parte, desde hace años ya no se corrige el valor de adquisición de los inmuebles cuando se produce una transmisión por un factor que descuente la inflación, “lo que también genera mayor carga fiscal, el impuesto se come parte de la ganancia”. Vaquero dice que no actuar genera “grandes problemas de equidad del sistema, sobre todo de las rentas menos elevadas”. A lo anterior, suma como causa del alza impositiva el aumento de las cotizaciones sociales por la mejora del empleo en los últimos meses.
El IVA, más disparado que nunca
El Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) aportó la parte más importante del pastel tributario, con más de 238 millones, batiendo su récord anual. Recauda los rendimientos del trabajo, pero también los de capital mobiliario, capital inmobiliario y de actividades económicas. Por estos conceptos los ourensanos tributaron el 44,89% de los ingresos netos del Estado.
El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es el segundo tributo más importante en la recaudación estatal. En 2021 (más aún en el arranque de 2022) ganó importancia, impulsado por la inflación. El año pasado se pagaron 208,4 millones, frente a los 183,5 millones de 2020 y los 195,8 de 2019, cuando se había marcado el anterior récord. En lo que va de 2022, de los casi 125 millones recaudados en la provincia, más de 66 millones corresponden al IVA, la cifra más alta acumulada en los dos primeros meses del año desde que hay registros.
El Impuesto de Sociedades aportó al fisco el año pasado de 62,9 millones, un apartado en el que no se batió récord, claramente afectada su recaudación por la merma provocada por las restricciones. La recaudación fue mayor que en 2020 (51,1), pero menor que en 2019, cuando se alcanzaron 63,4, y más lejos todavía que en el ya lejano 2007, cuando Hacienda llegó a recibir 117 millones.
