TRÁGICO FINAL

Un guarda halla muerto en el monte al hostelero desaparecido

Ourense. 02-09-15. Sucesos. Entrevista a Maria, muller que lle desapareceu o marido.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera La mujer de José Antono Álvarez López, con la foto más reciente, antes de conocer el fatal desenlace.

El local que regentaba no iba bien y adeudaba, entre otros impagos, dos facturas de alquiler

Tras una semana sin saber del paradero del hostelero José Antonio Álvarez López (50 años), un guarda forestal que recorría los montes de A Esgueva, en Carballiño, se topó ayer con un rastro con trágico final. A media tarde, localizaba un coche de alquiler en cuyo interior estaba el cadáver del empresario.

La Guardia Civil, que acudió al lugar de los hechos, halló en el interior del turismo bebidas alcohólicas, pastillas y una bombona de butano, determinando que murió por asfixia debido a una intoxicación por gas. Los agentes también hallaron una soga y una escalera.

Álvarez López faltaba de casa desde la noche del martes día 25 de agosto cuando debía, como todos los días, cerrar el negocio. No regresó a la vivienda que compartía con su esposa y el hijo pequeño de esta última. Salió con lo puesto, pero con los 1.300 euros que había en ese momento en la cafetería entre el dinero de la caja registradora, la bolsa de monedas del cambio y su propia cartera.

El empresario ese día tenía un plan inconfesable, según su esposa. La denunciante basa sus sospechas en que el día en que lo vio por última vez no hizo la compra de provisiones para preparar los pinchos matutinos del bar que regentaban juntos desde hacía cuatro meses. La excusa, según le dijo, fue que le había desaparecido el coche. Y tampoco tenía mucha intención de buscarlo porque, tal como relata, "me dijo que no merecía la pena".

La mujer del hostelero, quien lo define como una persona reservada y escasa red social, le envió un mensaje de texto a su teléfono a las 00,36 al comprobar que no llegaba a casa. El primero lo recibió, pero los dos siguientes, a la 01,28 horas, ya no.

José Antonio no pasaba por un buen momento económico, según reconoce su mujer. De hecho, a raíz de su desaparición, se enteró que había facturas pendientes de pagar (el alquiler de dos meses del bar "Posío 90" y hasta recibos de agua).

Tampoco la familia del desaparecido, residente en Francia, sabía nada de él. "Uno de sus hermanos me llama todos los días", asegura María.

Álvarez no hacía mucho que residía en la ciudad, ya que antes estuvo viviendo en Carballiño, en donde gestionó una bocatería. El bar de Ourense, en la calle Xosé Ramón Fernández Oxea, fue una aventura empresarial que estaba en ciernes, ya que poco después de abrir coincidió con la llegada del verano, época en la que el bar funcionaba peor.

Su esposa reconocía en la mañana de ayer, antes de conocer el falta desenlace, que su marido estaba un poco más triste de lo habitual, pero que no lo notaba deprimido.

Te puede interesar