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Historia de una calle: Luis Espada

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photo_camera Calle Luis Espada, hoy Alejandro Outeiriño.

Como calle céntrica y transitada que era, los locales tenían una gran demanda, aunque contaban con el hándicap del tamaño: prácticamente todos los bajos eran pequeños

Como continuación a la historia de la calle Cardenal Quiroga-Alejandro Outeiriño, hoy os recordaré negocios y personas que la “vivieron” mientras se llamó Luis Espada (1904-1937). Que no os resulte extraño ver varios negocios en el mismo número, ya que además de los cambios fruto del tiempo, muchos edificios tenían dos bajos y compartían numero.

En agosto de 1904 los ourensanos decidieron honrar al político conservador Luis Espada Guntín, al que desde luego no faltaban méritos en cuanto a cargos ostentados (desde ministro de Instrucción Pública, a director general de Obras Públicas, pasando por vicepresidente del Congreso, presidente del Tribunal de Cuentas y subsecretario de Hacienda), y en todos ellos consta que no se olvido de su procedencia ourensana. Coincidió además que en la calle edificó hacia 1881 la que era su casa en la ciudad (aún hoy sigue allí, es la que ocupa más de la mitad de la acera de los pares desde Progreso). El detonante del homenaje fue la concesión del proyecto para construir las aceras de la calle Progreso.

En esta etapa ya no se duda de la importancia de la calle, y a punto estuvo de albergar el edificio del Banco de España, según se desprende de un proyecto de finales de 1904. Finalmente sí que fue sede de Correos y Telégrafos (en la casa de los Coleman, nº 20); en el nº 6 estuvo la Jefatura de Obras Públicas (Casa Espada); en el nº 22, la Comisaria de Guerra; en el bajo de esa misma casa, aunque casi nadie lo recuerda, estuvo durante unos años la farmacia del macedano Juan Vidal, quien alcanzo fama y prestigio gracias a sus descubrimientos en el mundo farmacéutico (X2, Peruscabino, etc.). Hablando de farmacias, en julio de 1904, casi coincidiendo con el cambio de nombre, inauguraba en el nº 2 su farmacia Luis Fábrega Coello; y en el nº 1, cuando todavía era un proyecto (1914), tuvo su primer local el Colegio Farmacéutico de Ourense compartiendo instalaciones con el Colegio Médico (después nº 11 y 25, hasta 1935).

Siguiendo con los organismos allí situados, tenemos el Almacén de Aduanas en el nº 2; el Consulado de Portugal, encima de Correos, y la Recaudación Urbana en el nº 11.

Como es lógico, la presencia en la calle de estas oficinas públicas sumada al hecho de que la Audiencia Provincial estuviera en la actual Diputación, atrajeron la presencia de profesionales liberales que frecuentemente tenían relación con ellas. En aquellos años conocemos la presencia de al menos siete despachos de abogados: Ramón Varela, Benito Rodicio (notaria), José Iglesias, varias gestorías, aún se mantenía La Actividad y se abrió Otos.

Como calle céntrica y transitada que era, los locales tenían una gran demanda, aunque contaban con el hándicap del tamaño: prácticamente todos los bajos eran pequeños. Al margen de los fotógrafos, que continúo “ocultándolos”, en la calle consta la existencia de al menos dos peluquerías masculinas, el Salón Habana (nº 11) y la peluquería Emilio (nº 1) que, con otros propietarios, cerró recientemente. La armería de Francisco Bouzo, la tienda taller de bicicletas y relojería que montó como primer negocio Narciso Da Cunha (nº 9), el taller de reparaciones eléctricas Radio de Manuel Gómez (nº 23), la sastrería de Raimundez en el 24, la tienda de ultramarinos especializada en café y chocolate de Manuel Varela... y en el apartado de la restauración, dos locales marcaron el ritmo, “La Mejicana” de Emilio Vázquez (en el 3), hoy reconvertido en cafetería, y "El Universal” de Pegerto Novoa (en el 6). Don Pegerto, como buen emprendedor, decidió montar anexo al restaurante una tienda de ultramarinos.

En estos años se construyó el edificio del arquitecto Conde Fidalgo, en cuyo bajo se instaló el Banco Pastor (hoy Springfield), pero aun sin construir ese bajo ya tenía muchas historias que contar. Cierto es que nunca estuvo claro si seguía la numeración por el Paseo o por la calle que nos ocupa, pero ante la duda recordaremos que un par de temporadas (1906-07) el empresario Isidro Pinacho instaló allí su pabellón cinematográfico, y en 1908 fue el catalán Primitivo Vidal quien lo hizo. La esquina desde ese momento se convirtió en uno de los puntos álgidos de la ciudad. Allí estuvo el Salón de Variedades y después el Salón-Teatro Apolo.

Se me acaba el espacio y aún no hablamos de la pescadería del 7, el horno de la Espiga de Oro, la pensión de doña Antonia Iglesias (antecesora de La Carballiñesa), el gran almacén de José Román, la consulta del doctor Peña Rey (nº 21, 2º), el Garaje Xesteira, la sede del club deportivo Hércules FC... ¡Uff! Demasiada historia para una calle de tan corto recorrido. Otro día seguiré con su tercer nombre, General Aranda (octubre de 1937) y de paso recuperaré las academias que intencionadamente, al igual que los fotógrafos, os estoy ocultando, la Politécnica, Antonia Vidal, Martin Mouriño, La Modelo de Ferrín, etc.

En algunos textos aparece también el nombre de 14 de Abril, con el que se habría bautizado la calle durante la II Republica, pero no he sido capaz de encontrar ninguna referencia definitiva a ese nombre.

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