Raúl Chigüita: “¿Las mejores ayudas? Que nos quiten tasas"
"Los gastos no paran, todo continúa: tenemos que seguir adelante". El responsable de Rooster Bar, en la calle Samuel Eiján, es uno de los valientes que hoy mantendrán abierta la puerta de su bar.
"Será como en noviembre", recuerda Raúl Chigüita, que fía su futuro inmediato a los cafés para llevar y a su reducida terraza. De momento, apunta, los clientes han respondido bien: "Aunque no aumenten los beneficios, esperamos mantener el ritmo de entrada".
Sí le preocupa el frío, un factor clave a la hora de escoger una terraza para echar el desayuno o una breve caña antes de las 18,00 horas, pero confía en que la semana que viene esté acompañada de una subida de las temperaturas. Respecto a las ayudas, Chigüita lo tiene claro: "La mejor ayuda que nos pueden dar es quitar tasas e impuestos". El hostelero echa números: "En diciembre pagué 420 euros por una terraza que ya es mucho si se usó dos meses en todo el año, ya es mucho".
“Antes éramos cinco trabajando aquí y ahora solo somos dos"
La Coruñesa mantendrá abierta la terraza, además del servicio para llevar. "Vamos a seguir abiertos, tenemos funcionarios y dueños de comercios cercanos entre nuestros clientes. Del resto, cada vez viene menos gente porque con las restricciones también aumenta el miedo a salir de casa", asegura Jonathan Villegas, uno de los camareros. "Nosotros (por la hostelería) somos los que más sufrimos las medidas", resalta.
En noviembre resistieron con el "take away" de cafés, pero no fue posible recuperar la cocina, que cerraron ya hace meses. "El servicio de comidas lo cerramos porque no era posible mantenerlo con dos o tres pedidos diarios", apunta Villegas, que no esconde su preocupación acerca del futuro. "Seguimos pagando los impuestos, pese a todo... Creo que las medidas no son las adecuadas", apunta. Además, recuerda que tres de sus compañeros se encuentran en ERTE: "Antes éramos cinco trabajando aquí, ahora solo dos... No da para más".
"Cuando cerraron O Couto, en septiembre, ya nos afectó"
Desde el mes de septiembre, el café América sufre las continuas restricciones de la Xunta. "Cuando cerraron los bares de O Couto nos afectó, por estar situados en esta acera. En la calle de encima podían servir dentro y en la terraza, nosotros no", recuerda Tatiana Conde, camarera del establecimiento.
En noviembre, el local se mantuvo cerrado, pero esta vez intentarán continuar con actividad. "Ahora vamos a ver cómo funciona el servicio para llevar, porque la terraza nada, son tres mesas y entre el frío y que ahora vienen lluvias...", explica. A pesar de mantenerse abiertos, hay dudas: "Difícilmente vamos a poder sacar dos sueldos con cafés para llevar si ya es complicado sacarlo con el interior abierto".
Conde reclama equidad en las medidas: "Hasta el presidente de la Xunta reconoció que es injusto que siempre paguemos nosotros. Pues que lo haga justo, que sea para todos, que estas medidas también afecten a los comercios".
Miguel Pereira: “Llevamos pidiendo terraza desde abril"
Mientras se sirven los últimos menús hasta nuevo aviso, los ánimos en el restaurante Con Ganas no levantan un palmo del suelo. "Bueno, ¡ánimo y ya nos veremos!", dice uno de los habituales, mientras se despide del gerente del establecimiento, Miguel Pereira. "No, no vamos a abrir, no nos vale la pena", apunta este con gesto resignado.
Uno de los principales motivos es la carencia de terraza. "La tenemos solicitada desde abril, pero el Concello no nos ha contestado, no nos la ha concedido, así que tenemos que cerrar, evidentemente". La cuenta de meses abiertos o cerrados no resulta halagüeña para el local de Sáenz Díez: en 2020 solo dieron servicio seis de los doce meses. "Cualquier día tendremos que cerrar para no abrir, la situación es insostenible", lamenta Pereira. El hostelero se muestra escéptico por las ayudas -"algo sacarán, pero habrá que ver", musita-, y dice que no le sale a cuenta luchar: "Unas pocas comidas para llevar y algunos cafés no te pagan ni la luz".
