El fuego, que pudo ser intencionado, calcinó tres vagones de un antiguo tren de la línea Ourense-Santiago

La humareda provocada por un incendio en la estación de tren causa alarma en la ciudad

Un incendio calcinó tres vagones de un tren que llevaba más de tres años estacionado en el muelle de la estación Ourense-Empalme. El fuego se originó sobre las ocho de la tarde, posiblemente, provocado por unos jóvenes cuando jugaban en el interior. Las llamas provocaron una densa humareda que en cuestión de minutos cubrió toda la ciudad, alarmando a los viandantes, que colapsaron la centralita de la Policía Local reclamando información ante el temor de que estuvieran ardiendo varios edificios.
Tres vagones de un antiguo tren que cubría la línea Ourense-Santiago quedaron ayer completamente calcinados a causa de un incendio, posiblemente provocado por unos jóvenes cuando jugaban en el interior. El convoy, ocho vagones en total, lleva más de tres años estacionado en O Peliquín, en el muelle de la estación Ourense-Empalme. Los laterales exteriores e interiores de los distintos vagones están llenos de graffitis y, según explicaba el concejal de Seguridad Ciudadana y Tráfico, Fernando Varela, suelen ser utilizados por niños para jugar e incluso por toxicómanos e indigentes para pasar la noche.

Las llamas se declararon sobre las ocho de la tarde en el interior de uno de los departamentos y se extendieron con rapidez por los otros tres, generando una densa humareda visible desde diferentes puntos de la ciudad.

Un vecino, alarmado por el humo y las llamas, avisó a los bomberos y a la Policía Local. Mientras los primeros intentaban controlar el fuego, los segundos acordonaban la zona. ‘No hay peligro de que las llamas se propaguen a edificios. El convoy está vacío, no hay personas en el interior y tampoco hay cerca tendidos eléctricos o telefónicos, además de depósitos de combustible u otras instalaciones que pueden provocar una explosión’, añadía Fernando Varela.

La densa humareda también se extendía con rapidez y en cuestión de minutos cubrió toda la ciudad, alarmando a los viandantes y a los vecinos que ya estaban en sus casas. ‘Es un humo muy negro, dado que el material que está ardiendo es altamente inflamable, son lonas y chapas de plásticos’, señalaron los bomberos.

La humareda era visible desde cualquier punto de la ciudad y estaba acompañada de un fuerte olor, que aún generó más alarma. Las centralitas de la Policía Local y los bomberos quedaban colapsadas, entre las ocho y media y las nueve, por numerosos vecinos reclamando información ante el temor de que estuviera ardiendo el centro comercial o varios edificios.

Los bomberos controlaban el fuego sobre las diez de la noche, después de que los tres vagones quedaran totalmente carbonizados. Un retén permanecía a las once de la noche en las labores de enfriar los rescoldos.


La Policía busca a los posibles autores

El fuego y la densa humareda que se podía ver desde toda la ciudad despertaron la alarma y la curiosidad de numerosos ourensanos. El Puente Nuevo, la zona de Oira y la Avenida de Santiago congregaron a decenas de personas atraídas por las llamas.

Mientras, el Servicio de Urgencias del Complexo Hospitalario se preparaba para atender posibles urgencias, sobre todo personas mayores que pudieran resultar intoxicadas por inhalación de monóxido de carbono, aunque una vez controlado el fuego no había ingresado ningún paciente afectado por la situación, según dieron a conocer desde el centro sanitario.

Al lugar también acudió una brigada del Cuerpo Nacional de Policía, que interrogó a varios vecinos de la zona de O Peliquín con el objetivo de indentificar a los posibles autores del incendio. Los agentes buscaban a las diez de la noche a cuatro menores, domiciliados en el barrio de A Ponte, que, al parecer, estaban jugando en el interior del convoy y a los varios vecinos vieron salir corriendo al mismo tiempo que se originó el fuego y comenzó a salir humo. Esta versión era ratificada por el concejal de Tráfico, Fernando Varela. ‘Es pronto para concluir que el fuego fue intencionado dado que también cabe la posibilidad de que los autores estuvieran jugando en uno de los vagones y se le fuera la llama de cualquier mechero de las manos’, señaló.

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