Cultura prevé invertir 485.800 euros en el templo hasta 2013 para paliar esta situación, que ha sido mejorada en verano en el entorno del cimborrio

La humedad y la lentitud de las ayudas ponen en riesgo la Catedral

Figuras de la fachada Norte, muy deterioradas. (Foto: JOSÉ PAZ)
La Catedral de Ourense se deteriora sin que el mantenimiento o la inversión se corresponda, en implicación, con las deficiencias que presenta el templo, aquejado de grandes problemas de humedad en su interior y de las agresiones, especialmente en su fachada norte, en el exterior, junto al proceso químico que descompone sus tallas de piedra centenarias.
Es este último un problema que ya fue estudiado en su día y corresponde a un proceso químico que ocasiona de forma natural una desintegración de la piedra. Aunque se encontró entonces la causa que provocaba esta situación en la piedra, desde entonces no se ha adoptado ninguna medida para intentar paliarlo en alguna medida y salvar las figuras de esa fachada, precisamente la más dañada porque se encuentra en plena zona de ocio nocturno.

Además, las abundantes lluvias de la semana pasada han supuesto una prueba de fuego para el edificio religioso que, al menos por el momento y en parte, ha superado satisfactoriamente. Así, unas obras realizadas en verano en la zona del cimborrio -construcción en forma de torre que realza una bóveda- han mejorado los problemas de filtraciones en este punto y, de momento, las actuaciones, por una cuantía de 60.000 euros, están surtiendo efecto. 'Estamos comprobando si todo va bien. Con las lluvias torrenciales no se ha trasladado ningún problema en esta zona', explica el delegado diocesano de Patrimonio, Miguel Ángel González.

Con todo, aún queda mucho que hacer para atajar los mayores enemigos a los que se enfrenta el monumento ourensano: la humedad y la contaminación exterior. La Consellería de Cultura prevé destinar 485.848 euros hasta 2013 en una actuación que tendrá como objetivo levantar e impermeabilizar los canales ocultos en la parte superior del edificio, así como juntar e impermeabilizar las juntas horizontales de las piedras.

Según explicaba la consellería, las previsiones iniciales -que pueden ser susceptibles de cambios- apuntan a que las obras comenzarán a mediados del próximo año -en principio, en junio- y tendrán un coste en 2012 de 120.000 euros.

En este sentido, el delegado diocesano aseguraba desconocer cuáles eran los planes inversores de Cultura en el monumento, aunque explicaba que 'la primera actuación que debería hacerse es en la girola -el espacio que rodea al altar mayor y da acceso a varias capillas- porque en ella siempre hay goteras. Habría que levantar el tejado porque la tela asfáltica debe estar podrida y se filtra el agua', asegura Miguel Ángel González.


SOLO MEDIDAS DE URGENCIA

Y es que la clave en las actuaciones que se realicen en el monumento ourensano es la necesidad de las mismas. En este sentido, los trabajos con carácter de urgencia son los que en un principio se están considerando para realizar en un periodo de tiempo relativamente corto. Según señala el delegado diocesano de Patrimonio, '(las figuras de la fachada Norte) como no están para desplomarse, seguramente no se consideran urgente'. Por lo tanto, todo parece indicar que, al menos de momento, tendrán que esperar.

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